Editorial: ¡Fuera, perro!

Desde su cubil en Zürich la FIFA Nostra anunció ayer lunes en conferencia de prensa que convocará a elecciones para nuevo presidente el próximo 26 de Febrero. El encargado de dar la noticia fue nada menos que el propio capo actual, «Chapo» Blatter, que días antes había avisado que no se va a presentar a nuevas elecciones y que quiere «entregar la FIFA en buen estado«. Lo cual hasta el blatterista (?) más recalcitrante sabe que quiso decir «quiero tener el tiempo suficiente para quemar documentos, cambiar fechas y formatear algunos computadores«.

Aparte de la cuasi confirmación que pronto se irá el Capo di tutti capi, el highlight (?) de la conferencia fue la entrada de un indignado anónimo (ahora sabemos que se llama Lee Nelson y es comediante), un equis justiciero y emputado, que le lanzó al mandamás de la FIFA un fajo de billetes (suponemos que eran falsos, sino Blatter se hubiera lanzado a recogerlos) al grito de «Blatter, ladrón, entregá la institución!» (?). El Chapo suizo mostró la misma irritación que una dama del jet set bogotano en un restaurante de lujo cuando es interrumpida en su almuerzo por una señora pidiéndole limosna: «¡Seguridad! ¿Dónde está mi seguridad personal? ¡Por favor, procedan!«. Eso lo dijo Blatter, no la dama… al man lo sacaron, y la conferencia – luego de una pausa breve – prosiguió, con los anuncios ya mencionados, algunas reflexiones sueltas y surrealistas alusiones a conversaciones sobre mala educación entre Sepp y su madre muerta (!).

Claro que para hacer los anuncios respectivos, Bl*tter puso como condición a los periodistas que ni se les ocurriera mencionar algunos, eh, hechos incómodos que han venido sucediendo en el seno de la FIFA. Como el caso del ex-presidente de la Concacaf que en su fianza con el FBI tuvo que entregar hasta el anillo para evitar que le rompieran el ídem en una cárcel. Entre la fianza de $10 millones (!) el funcionario ofreció – cito – «…10 propiedades, una Ferrari, relojes de lujo y hasta el anillo de bodas de su mujer (…) dos autos de su mujer (…) (una Ferrari 2015 y una Range Rover 2014), un Mercedes Benz 2003, una cuenta con US$ 401.000 a nombre de su mujer en el banco TD Ameritrade, el anillo de boda de diamantes de su esposa y once relojes, entre ellos cuatro Rolex, un Cartier y un Hublot, que aún no fue entregado a las autoridades«. Y después se queja uno de Samuel Mor*no (?). ¡Qué hijos de la grandísima catreputa estos!
Con todo esto uno no sabe qué tanto alegrarse por la echada virtual del suizo angurrioso de billete, porque sabe que los que vendrán harán/dejarán hacer las mismas marrullas, las mismas coimas, será la misma mierda en la que está sumergida hoy la FIFA. Solo es cuestión de mirar quienes son los que han sonado para sucederlo y ver cómo el futuro pinta más negro que jugador de Senegal: el del mismo perfil adorador del billete Michel Platini; el protegido por algunas corporaciones y deseoso de ampliar el mundial a 128 equipos Luis Figo; o el príncipe jordano también con intereses económicos detrás Ali Bin Al Hussein. Da tanta grima que prefiere uno que llegue hasta Maradona, total no creo que sea pe… naaaah, tampoco. Ahora, ¿no habrá nadie en Colombia capaz de dirigir la FIFA? ¿Será peor que lo de ahora ver a un senador Camargo como máximo jerarca de la FIFA, anunciando cada tanto «si para el 2 de Diciembre no se confirma el apoyo esperado por la Gobernación del Cantón de Neuchâtel y de Sheffy Sports (?), nos tocará cancelar la Copa Confederaciones este año«. O a Ramón Jessurum organizando un cuadrangular de eliminados con Inglaterra y México (más Omán y Guinea) por dos cupos más al Mundial (pasarán Omán y Guinea). Estamos dormidos ahí…
Al final no pasará nada… todo se quedará en palabras al viento estival y lleno de smog. Nos quejaremos por twitter, ese medio poderoso que tantos gobiernos ha tumbado (?); sacaremos hashtags y convocaremos marchas virtuales de protesta (porque salir de la casa es muy difícil). Y todo seguirá igual: se asignarán los mundiales de Bielorrusia 2026, Indonesia 2030 y Emiratos Árabes Unidos 2034. Seguiremos viendo torneos en los que el número y procedencia de los países participantes se deriva de los intereses de poder entre grandes multinacionales. Seguiremos dopados debatiendo si es mejor Messi que Cristiano Ronaldo o que la próxima megaestrella que surja. Y mientras tanto, Blatt*r estará en su megamansión en Ibiza, todo deprimido por lo mal que nos cae a todos, prendiendo el fogón con un billete de 100 dólares mientras bota a la basura un reloj Cartier porque se atrasa un minuto. Toda la puta vida lo mismo.