El Libro de Peltre de los Juegos Nacionales: porque allí también se ha jugado fútbol – Vol I

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Juegos Nacionales Apertura 1928
La inauguración de los primeros Juegos Nacionales en el estadio de Galilea en Cali (donde ahora queda la Clínica de Occidente) el 20 de diciembre de 1928

Llega otra edición de los Juegos Nacionales, un miembro muy especial en la familia de eventos deportivos de Colombia, ya que su celebración marca el inicio del ciclo olímpico (aunque hoy parezca ser el miembro más de la familia que vive con líos y debiéndole plata a todo el mundo). Pero igual, luego de posponer las fechas en que se celebrarían, de tener que cambiar las sedes de algunas disciplinas afortunadamente intrascendentes como la natación y el atletismo (?), los departamentos de Chocó y Tolima organizarán este mes de noviembre la versión número XX de un certamen que ahora lleva el nombre de Juegos Deportivos Nacionales Carlos Lleras Restrepo (imaginamos que para no desentonar con el apodo ilustre que en su hora tuvieron la Copa América Andr*s P*str*na 2001 y la FIFA World Cup Pacho S*nt*s 2014).

¿Y eso qué tiene que ver con este sitio web? Resulta, muchachos, que desde su primera edición en 1928, los Juegos Nacionales le dieron un espacio a este bello espectáculo que nos hace hablar mierda a diario. Es por eso que hemos querido revisar la irregular historia del torneo fútbol en este certamen casi tan antiguo como la última mano de pintura que le echaron al Murillo Toro de Ibagué. Este es, pues, el Libro de Peltre de los Juegos Nacionales.

1928: el primer torneo

El interés por la integración nacional y por la educación física, hizo que el estado y los colegios impulsaran eventos que imitaban a escala local las Olimpiadas. Así nacieron los “Juegos Olímpicos Nacionales” (así los llamaron, cuando el COI todavía no se había enterado de que le estaban sonsacando la marca). La inauguración se realizó en Cali en diciembre de 1928 prolongándose hasta el siguiente mes.

Med Buc 1929
Pitazo inicial entre los equipos de Antioquia y Santander. Los paisas tenían como base al Medellín y jugaban (le va a dar algo al staff de esta página) de camiseta a rayas.

El evento integró a las competencias de los colegios de Cali, un programa principal con dos disciplinas de exhibición (gimnasia y béisbol) y cinco oficiales (ajedrez, atletismo, básquetbol, tenis y fútbol). De hecho el fútbol sería el deporte que más interesó a la prensa y al público, según lo que registran los periódicos, sumándole que esta no fue una competencia entre selecciones departamentales sino entre clubes (habiendo incluso más de un equipo por departamento). Es más, teniendo en cuenta que se inscribieron catorce equipos de nueve departamentos (de catorce que habían en 1928), este vendría a ser el primer campeonato nacional de fútbol disputado en Colombia.

Los nombres de los equipos fueron los siguientes: Técnico, Medicina y Junior de Bogotá; Medellín-Universitario de Antioquia; Cali A, Cali B, Santa Librada y Buenaventura del Valle; Ibagué; Neiva; Cúcuta; Santa Marta; Bucaramanga; Barranquilla y Universitario de Manizales. El torneo de fútbol fue tan importante que incluso su primer partido, entre Barranquilla y Buenaventura, hizo parte del programa inaugural de los Juegos. La primera y última edición del Clásico Portuario de Colombia terminó con goleada 4-0 a favor de los del Caribe.

Medicina 1928
El Medicina, integrado por estudiantes de la Universidad Nacional. Entre sus promotores estaba Manuel Briceño Pardo, representante de la delegación bogotana y luego fundador de Millonarios.

La clasificación a la ronda final favoreció de nuevo a los costeños, quienes junto con el Técnico Bogotá, Cali A, Medellín y Santa Marta clasificaron al cuadrangular semifinal. Al fin capitalinos y barranquilleros ratificaban su buena fama, de la que el resto del país sólo sabía por el excesivo entusiasmo con el que la prensa de sus ciudades describía las cualidades de sus jugadores y las hazañas de sus partidos, con un chovinismo que hoy nos impide hacer un juicio objetivo de la auténtica calidad de esos equipos (¡cómo ha madurado nuestro periodismo deportivo desde esos lejanos tiempos!).

El primer partido de la ronda semifinal lo disputaron el Cali A contra el Técnico Bogotá, cuya fama de campeones de la capital hizo que fueran recibidos por los anfitriones con un desfile desde la estación del tren hasta la finca donde se alojaron. Lástima que la luna de miel con la afición local se acabó tan rápido: cuando los visitantes iban ganando 1-0, el juez sancionó un penal provocando que el público invadiera la cancha para agredirlos, debiendo irse del estadio escoltados por la Policía [se supone que ese Cali A es antecesor de un club que en 2015 ha padecido frecuentes sanciones a su estadio, sólo lo menciono como curiosidad histórica (?)]. Ante el incidente, el Técnico decidió retirarse de la competencia (¡qué tiempos tan distintos!) e irse a vacacionar a Buenaventura (!!) a pesar de los ruegos del rival (!!!!) porque regresaran. Decidieron volver a los tres días, con la noticia de que ya habían sido eliminados por la organización (ah, tiempos duros para el fútbol estudiantil bogotano, cómo se nota que aún no conocían a este aguerrido muchacho del Moderno).

En el cuadrangular que quedó, los equipos costeños se impusieron obligando a un partido final por el título. Allí ganaron los samarios por 2-0, quienes tuvieron el acierto de armar un seleccionado con los mejores jugadores de los clubes del departamento. Pero no creamos que eso fue ventaja, ya que cual episodio de Supercampeones (?) los jugadores debieron retrasar su viaje a los Juegos porque el día que se iban, el Ferrocarril de Santa Marta lo tenían ocupado en unas actividades del Gobierno, debiendo optar por la vía Colón-Panamá-Buenaventura-Cali. Luego de semejante vueltota, a la llegada debían hacer vaca y comprar sus uniformes, pero según cuentan sólo les alcanzó para comprarse doce buzos de lana (!).

Con viaje accidentado y ropa incómoda, igual jugaron y quedaron campeones con los homenajes de rigor de la afición caleña, que incluyeron una premiación en la Hacienda El Paraíso, mientras los comerciantes de Santa Marta hacían otra colecta para que se pudieran devolver, lo cual se efectuó casi un mes después de clausurados los juegos. Al regreso no pudieron celebrar como en Cali debido a la militarización de la Zona Bananera; sin embargo, a su paso por Ciénaga hubo un pequeño recibimiento que los jugadores aprovecharon para solicitar la liberación de un grupo de huelguistas presos, la cual fue concedida por las autoridades en medio de la euforia (¡esas sí son hazañas, carajo!) [*De los jugadores, por supuesto, no de la belleza que accedió al indulto].

En compensación, el triunfo hizo que hasta finales de los años 30, la selección de fútbol del Magdalena fuera apodada como “Los Olímpicos”, condición ratificada al repetir título en dos de los tres juegos siguientes e iniciar una hegemonía del fútbol costeño que se prolongaría hasta los inicios del profesionalismo.

final 1929
La final en primera página (junto con un partido de exhibición y de reconciliación…)

 
Fuentes:
Alberto Galvis. Momentos de gloria: historia escrita y gráfica de los Juegos Nacionales. Bogotá, Coldeportes, 2000
Archivos de El Tiempo

6 pensamientos sobre “El Libro de Peltre de los Juegos Nacionales: porque allí también se ha jugado fútbol – Vol I

  1. Postazo impresionante. Impresionante todo, pero ese de las dificultades de los samarios por el temita ese de la Masacre de las Bananeras es macabro e impactante.
    Mira esa, el fútbol costeño era el putas en el país. Ahora no tanto, aunque con Teo se puede decir que retomaron eso (??????).
    El uniforme suizo del Medicina!
    No joda, montón de vainas para destacar en este post.

  2. Grandisimo post que no habia leido.
    En que no hemos superado los costeños a la gente del interior? en que? ah? (modo regionalista polemico recontra acerrrimo Off)
    Algo debe tener Santa Marta que desde siempre ha sacado (y aún saca) buenos jugadores.
    Asi como tambien algo debemos tener todos los colombianos para que haya habido tanta masacre en este país.
    Gran post, espero otro de este estilo…

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