La vieja, clásica y esforzada segunda categoría del fútbol colombiano cumplió el pasado 20 de Abril 28 años de haberse parido: ese día de 1991 se jugó el primer partido de la recién inaugurada Copa Concasa con un Cóndor – Alianza Llanos en el Campincito, que terminó en empate a un gol y del que no conocemos algún ser tangible que haya sido testigo de semejante hito (y que futbolísticamente debió ser como tragarse un pedazo de yuca sin masticar). Lo que nos dio para pensar en preguntas tales como las siguientes, y pon atención: ¿Hay un «rey de la B» del fútbol colombiano? ¿Hay algún Decano de la B? ¿Quienes son los que más han descendido, los que más han celebrado ascensos, los que duraron en la A menos tiempo que las aspiraciones presidenciales de Germán Vargas Lleras después del cocotazo? Y también: ¿cómo les ha ido a los equipos después de haber pasado por la B?

En fin, preguntas como estas seguramente se las habrán hecho todos, todas, todes, todxs y todys en algún momento de sus banales y vacías existencias solo llenadas parcialmente por el sexo casual concertado por Tinder y la ingesta de papeletas, por lo que desde acá, tu refugio moral ante el embate del modernismo millenial-fascista-vegano-retroverguista te lo responderemos.

Pero antes: listado de Gloria y de Dolores

Pero pongámonos en contexto primero: miremos un listado de quienes fueron los que ascendieron y quienes los que bajaron cada año desde el inicio de la B en 1991 (a la derecha la cantidad de equipos en el torneo de la A cada temporada), para que hablemos con sustancia:

Historial por año de clubes ascendidos y descendidos a y de la A del fútbol colombiano. En rojo los que subieron o bajaron por promoción, en verde los que lo hicieron por Dimayoradas. Ya miraremos con detalle morboso cada caso…

¿Lo quieres más detalladito? Qué gente pa´ jodTE LO TENEMOS: acá va año por año la categoría en que estaban los clubes que han estado en la A y la B desde 1991 («NE» es «No existía en ese año«).

Historial de participaciones de clubes que han estado en la A y la B, año por año

Lo anterior se resume en lo siguiente: veinticuatro clubes han pasado por la A y la B desde que existe oficialmente el sistema de ascensos y descensos en Colombia. Y aquí estoy incluyendo tanto a los que existían desde antes de 1991 (en su mayoría los que uno llama «los tradicionales«) como los que nacieron de las mismas entrañas de la B y subieron alguna vez a la A, no importa que hayan permanecido o hayan bajado de una o hasta desaparecido (y ya vamos a eso). De estos 24, son siete en total los pre-existentes a la B que cayeron en el barro pestilente del descenso, y los mencionaremos masticaditos para que nadie los olvide: América, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Quindío, Tolima, Unión Magdalena.

…lo cual quiere decir que de los que uno llamaba «los 14 de siempre» los afortunados que hasta el momento nunca han vivido situaciones como la de ir a firmar planilla bajo el bochorno infernal de un sábado en la tarde en Girardot o Valledupar, son siete: Cali, DIM, Junior, Millonarios, Nacional, Once Caldas y Santa Fe. Y acá no incluyo al Real Cartagena a pesar que jugó el torneo de la A en 1971 en reemplazo temporal del Bucaramanga (al cual le alquiló la ficha por un año no más); recién vino a aparecer con regularidad a partir del torneo de 1992 luego de comprarle la ficha al malogrado Sporting de Barranquilla tras lo que fue – como contamos con detalle acá – su parto deportivo y económico de 1988-1991.

Las Dimayoradas (Never go full Dimayor)

Como vemos en la tabla, hemos pasado de 15 a 20 participantes en el torneo vernáculo (?) desde 1991. La adición de uno más para 1992 era cantado y necesario, porque esa vaina de tener una liga con número de equipos impar es más incómoda que cagar en el baño de la oficina. Entonces, y como hemos contado aquí como 28,756 veces, en 1991 hubo ascenso pero no descenso, porque se buscaba completar de 15 a 16 los participantes en la A (el que se ganó el cupo a Primera en 1991 fue Envigado)… así que 1992 fue el primer torneo con 16, y el ídem que iba a resultar tanto con un ascendido y un descendido.

El Envigado 1991, el Dekano del Azenzo. Con la carátula de casi todos ellos bien pudo pasar que ganaran el ascenso a punta de amenazar al rival con «Se va a hacer chuzar o qué ome gonorrea…»

Desde ahí se amplió dos veces el número de participantes en la A criolla, y no por necesidad  – acá de vainas sobreviven 10 o 12 equipos con cierta decencia – sino básicamente por lloriqueo de los clubes que están jodidos. Casi que cada año en las asambleas de la Dimayor caía el que estaba a punto de descender a llorar para que se ampliara el cupo de participantes en la A y así de rebote salvarse ellos de bajar o ganarse un ascenso random. Así pasó desde el mismo inicio de la B en 1991 (Cúcuta, Tolima y Sporting, CASUALMENTE, MIRA QUÉ COINCIDENCIA los que estaban en el antepenúltimo, penúltimo y último lugar de la clasificación) pidieron aplazar el descenso y más bien conceder dos ascensos para jugar con 18 a partir de 1992. No se aprobó ese año pero se terminó concretando en 2001 a petición del Bucaramanga  – por cosas de Dios (?) el último de la tabla del descenso – y por ahí fue que ocurrió el famoso Triangular Pirata de Cartagena, que terminó ganando el Unión – venció sus dos partidos tranquilo por 2-0 – y salvando al Bucaramanga, que ganó por penales el otro cupo después de un 0-0 al Cúcuta en el juego decisivo el 20 de Diciembre de 2001.

El arquero uruguayo Leonel Rocco atajando el penal en la serie que le ganaron al Cúcuta en el Triangular Pirata de 2001. Bucaramanga se salvó de descender con el impresionante registro de un empate, una derrota, cero goles a favor y dos en contra..

La última modificación en la cantidad de participantes vino en 2014: ya con 18 a partir de 2002 se veía como que recargado el torneo, y no «recargado» de «renovado» sino de «denso«. Lo cual le balió berga a la Dimayor para en 2014 sacarse del sombrero la propuesta para ver si ascendía América alguna vez de aumentar a 20 los participantes de la A, escogiendo los dos adicionales de los ganadores de dos cuadrangulares también formados a dedo áspero. Finalmente subieron Cúcuta y Cortuluá, para así completar a los 20 que tenemos hoy, y que no sabemos hasta cuando serán..

Ahora sí, entremos al granel…

Quienes fueron los primeros que se cayeron (si leyó «se cagaron» usted es de los míos…)

El Real Cartagena 1992 con el gran Farid Camilo Mondragón Alí antes de ser «gran…»

Vayamos recopilando hitos en la historia de los descensos, acá va el primero: el Real Cartagena fue el primer descendido del fútbol colombiano. Fue en 1992, nada raro considerando que heredó del Sporting la misma nómina sufridamente tosca que lo tuvo de último en 1991… a pesar que la pintoresca (?) gente en Cartagena se afiebró por el fútbol ese año y apoyó una causa con menos esperanza que la que da Bacca para voltear un partido, terminaron de últimos cómodos en el torneo de 1992 y se graduaron de pioneros pero de la churreteada.

El único Tolima que se fue a la B es el que ha tenido uno de sus uniformes más bonitos (y una variante con rayas como las de la Euro 92)

¿Cuál fue el primer tradicional en descender? El Tolima papáaaaa. Segundo torneo con descensos y segundo hito: para 1993 terminó descendiendo el Deportes Tolima, y eso tampoco fue sorpresa para nadie, porque llevaban dos años coronando el puesto 15: último en 1991 y penúltimo, ya con 16 equipos en 1992. Ese año se habían salvado del descenso en una angustiosa lucha partido a partido por ver cuál era el menos pior entre ellos y los cartageneros, y se terminaron salvando en la penúltima fecha en Ibagué en un partido que finalizó con los jugadores emocionados dando la vuelta olímpica entre la euforia de la afición. Sí, dieron la vuelta olímpica por salvarse del descenso (!!!) y este hecho juro que es verdad porque lo ví en el noticiero con estos ojos que se los han de comer los gusanos. Pero para 1993 no mejoraron un carajo, y en medio de un cipote de mierdero administrativo y deportivo – tuvieron cuatro DT ese año: Jaime «El Flaco» Rodríguez, Arturo Boyacá, Luis Oviedo y el ya por esos días venerable Jorge Luis Bernal – perdieron el cupo en la A en la última fecha.

Los dos siguientes años bajaron otros dos clásicos: Bucaramanga (1994) y Cúcuta (Adecuación 1995), que si para el caso de los Motilones también era más cantado que «Despacito», para los Leopardos sí fue medio sorpresivo considerando que por esos años estaban dulces, peleando siempre arriba y clasificando a cuadrangulares semifinales cuatro años seguidos (en 1990 incluso pasaron al final, quedaron de terceros en el campeonato). Pero en 1994 les cayó una mala racha y quedaron de últimos en la reclasificación y tuvieron que irse: era lo letal de ese sistema, podías tener un montón de años rindiendo a tope y por un añito de malas te jodías. ¡Qué moledora implacable era ese sistema! Para más ardidez, los bumangueses empataron en puntos en el último lugar de la Reclasificación con el recién ascendido Cortuluá pero bajaron por tener -17 de Gol Diferencia contra el -14 de los vallunos… tres goles, tres…

El Atlético Bucaramanga jugando en la B en 1995, en una cancha random de la categoría (¿Santa Rosa de Cabal?). Arriba: «Kiko» Barrios, Arturo Reyes (sí, ese mismo que dirige con las patas la sub 20), Miguel Montañez, Oscar Upegui (el DT de Jaguares hoy), Juan Carlos Alarcón, Rodolfo Guarniere. Abajo Jorge Ramoa, Ricardo García, John Alex Rodríguez, Dumar Rueda y un tal Jairo Fernando Castillo cuando al parecer lo tenían aguantando hambre…

Y ya que lo mencionamos, miremos en qué años los demás tradicionales se ganaron el derecho por primera vez de conocer cómo era jugar en la B: Pereira en 1997, Unión en 1999, Deportes Quindío en 2000 y el último por ahora, y si Santa Fe no se pone las pilas, América en 2011.

Ahora, ¿Cuál fue el primer equipo surgido de la B que descendió de la A? El Atlético Huila, subió en 1992 y que en el torneo de 1995-1996 bajó luego de una campaña horrible, ayudado por la tétrica que hicieron el torneo anterior. Ah, porque en ese torneo de 1995-1996 (recordemos que ese año se cambió el sistema de torneos a Junio-Junio para equipararnos con los europeos…) se instauró el sistema de descenso por promedios: entre 1992 y 1995 sencillamente perdía la categoría el último de la reclasificación de cada año: nada de promedios ni de sumarle los puntos del no-descendido ni cuentas raras que lo vuelven a uno experto en dividir con tres decimales. El que se jodió con este cambio para 1996 fue el Huila, que aparte de ser como dijimos el primer surgido de la B que volvió a su hábitat, fue el primer descendido por promedios del fútbol colombiano. ¿Y sabes quién quedó de último en la Reclasificación ese año, y que se salvó por el cambio de sistema? Marica, el DIM (sudor frío y jarra de agua helada echada en la espalda), y que me sigan diciendo que somos de malas…. qué hp Rosa de Guadalupe fue la Tabla de Promedios para nosotros ese año…

Los más más y los menos menos

Aquí el Cúcuta del 2005, que ganó el segundo de los ascensos de su historia. Al año siguiente cambiaron casi toda la nómina y el DT y quedaron campeones… de esta que coronó ascenso sobrevivieron pocos para el título de 2006, como Walter Moreno (segundo arriba) o José Luis Raguá (antepenúltimo arriba)

Ahora quiero hablarte del que podemos llamar con toda justicia el Rey de los Ascensos en Colombia: el Cúcuta Deportivo es el club que más ascensos ha celebrado en toda la historia del torneo. Cuatro veces los hinchas Motilones han cantado felices «Volvimos para no irnos más«, y leído así qué vaina tan paradójica, marica: ascendieron en 1995-1996, 2005, 2014 y 2018. Pero como toda Aleja tiene su Brayan, cada ascenso implica – lógicamente – un descenso previo: los cucuteños son uno de los dos que más veces han descendido en el fútbol colombiano: cuatro también, en 1995, 1996-1997, 2013 y 2015. Comparte récord con el Real Cartagena, que también se ha tenido que mudar al barrio pobre cuatro veces: en 1992 como vimos arriba, y en 2002, 2007 y 2012. Pero a diferencia del Cúcuta, han coronado un ascenso menos… aún siguen penando en la B.

Tener la mayor cantidad de ascensos no necesariamente es, como vimos, un motivo de orgullo; simplemente quiere decir que bajó un montón de veces también. Así como tener pocos ascensos no es necesariamente negativo, pues puede implicar que desde que subió de la B por una solita vez no ha vuelto a bajar. Como el Deportes Tolima, que han celebrado el ascenso una sola vez y nada más; pero si ves que el Pijao es de los 28 clubes que han estado en la A y la B el que más temporadas participó en la A, con 27 en total, te darás cuenta que ese único ascenso no dice nada de nada. Al Tolima lo siguen Envigado (con 26 participaciones en la A), Huila (25), América (23) y Quindío (22). ¿Quienes son los que menos vivieron la fiesta de los ricos y extravagantes de la A? Centauros, Tigres y Leones (mencionados así parecen los nombres de equipos de reality peruano), que jugaron en Primera División cada uno un año no más (2003, 2017 y 2018 respectivamente). Dicho de otro modo: descendieron al año siguiente de subir y no volvieron a ascender más.

El Centauros que ascendió en 2002 y que duró en la A menos que personaje secundario de «Game of thrones». Reconocemos al eterno titular de equipos humildes Nelson Gómez Ospina (primero arriba), el arquero  Lincoln Mosquera y al nombre que SIEMPRE suena como jugador, DT, dirigente o impulsor de cualquier equipo de Villavicencio desde 1990 más o menos, Enrique «El Llanero» Breidy (arriba al lado del arquero)

En total son 14 clubes que tienen en su historial un solo ascenso: ¿quienes son? Con el Tolima son seis equipos que desde que subieron a la A no han vuelto a bajar: el América (un descenso), y los surgidos de la B Alianza Petrolera, La Equidad, Patriotas, Águilas (con su denominación de Itagüi F.C., Águilas Pereira o Rionegro Águilas que como sabemos es la misma mierda) y Jaguares. Cuatro equipos más ascendieron una sola vez pero volvieron a bajar y siguen hoy en la B: Quindío, Pereira, Tigres y Leones.

Y además hay tres que comparten como destino que desaparecieron luego de descender: un favorito de las tertulias futboleras Unicosta de Barranquilla apareció en la B en 1995 como alternativa (una más de las 100 que han intentado) para el Junior en La Arenosa. Terminó ascendiendo al ganar el torneo 1996-97 con una base de veteranos con ganas de seguir ganando billete pateando la pelotica y/o jugadores sin lugar en el Junior: Alan Valderrama, Alexis Mendoza, Wilson Pérez, Góber Briasco, David Pinillos, Robin Pico, Hugo Galeano, Orlando Rojas, Eric Cantillo. Con muchísimo apuro y poca convocatoria en la fanaticada se mantuvieron en la A en 1997 (se salvaron en el último partido al ganar en Bogotá a Millonarios en un partido más sospechoso que el origen de la plata de los hijos de Uribe) pero en 1998 no aguantaron el tren y bajaron. Para 1999 prefirieron vender la ficha al Soledad F.C. y desaparecieron del panorama, al menos a nivel profesional.

Esta foto del Unicosta en 1997 en El Campín destila Caltrate por cada píxel. Creo que el más pelaíto era el arquero Julio Gómez…

Uniautónoma es otro de los barranquilleros que duraron como estrella fugaz (no pun intended) en el fútbol colombiano. Apareció en la B en 2011, ascendió en 2013, aguantó dos años – en 2014 se salvó de bajar en la promoción ante el Quindío – y bajó ya con todas las ganas en 2015, en medio de la indiferencia general y con demasiado valeverguismo de toda la afición del país. Al igual que Unicosta, no quiso jugar de nuevo en la B y prefirió venderle la ficha a otro club, en este caso al Orsomarso…

Y el caso del Centauros de Villavicencio es el más rocambolesco de los tres. El club debutó en la B en 2002 y enseguida coronó ascenso bajo la dirección de ese mago de equipos chicos que es Álvaro de Jesús Gómez. Al año siguiente comenzó con todos los fierros el primer semestre (dirigido por Diego Edison Umaña) y ayudado por una nómina de lujo para el medio, sustentada con la plata aportada por la Gobernación del Meta. Pero al parecer la administración se gastó en un semestre todo el billete que tenían (en serio) y el equipo se desarmó totalmente. Para el segundo semestre se desfondó de manera grotesca de tal modo que bajó en el mismo año de su debut en Primera. A diferencia de los dos de arriba, sí aguantó sus buenos años en la B: siete más después de bajar, hasta que en 2011 le vendió su ficha al Universitario de Popayán

Una joya de archivo: el Alianza Petrolera de 1994 (!!!) (Foto sacada de la cuenta de twitter oficial del club)

Aparte de los tradicionales hay tres equipos de los reseñados hoy que han participado en los torneos de Dimayor desde 1991: Envigado, Huila y Cortuluá, los únicos sobrevivientes del primer torneo de la B que mantienen nombre, sede y colores. Porque no estamos considerando por ejemplo a Leones, descendiente directo del viejo Deportivo Rionegro que debutó en la Copa Concasa de 1991 pero que se mudó hace unos años a Bello, luego a Turbo y después a Itagüí para que terminen jugando ante tribunas ocupadas solo por el solazo tan catrehp que cae siempre en Ditaires. Total que los siete tradicionales + Real Cartagena + los tres de la B = 11 clubes que han estado de manera ininterrumpida desde 1991.

Hablábamos de 24 equipos ¿Y los otros trece que no han estado todos los años qué? El más viejo de estos es el Alianza Petrolera, que comenzó a participar en la B de 1992, exactamente en el segundo torneo de la B. Los barranqueños lograron el ascenso en 2012 y hasta ahora siguen, aunque en estos momentos en que está leyendo esto están comenzando a oler a muerto. Caso contrario tenemos a Leones como el club que menos tiempo ha existido en este mundo desde el inicio del torneo de Ascenso: solo cuatro años desde su debut en la B de 2015. Lo siguen los desaparecidos Uniautónoma y Unicosta con cinco años, Jaguares con seis y Fortaleza con ocho años de los cuales casi todos los colombianos pensamos que son ocho más de los que merecían haber existido…

Conclusión

No hay. Solo queremos cerrar con un mensaje motivacional: sí hay esperanza después del descenso (abrazo grupal). Por ejemplo lo del siempre querible Tolima se trata de una historia de superazíón, porque antes de bajar en 1993 fue casi siempre el candidato fijo a pelear el antitop 3 del campeonato. Pero lo del descenso tuvo que ser tan dramático que les cambió el chip: luego de bajar en 1993 ganaron con demasiada superioridad el torneo de la B de 1994, y desde ahí ha tenido un rendimiento tan bueno que pareciera que en la B hizo la del «Juego de Gemelas«, y el que participó después fue un sustituto con billete y exitoso. Casi siempre a partir de 1995 ha peleado arriba y hasta coronó dos títulos, en 2003-2 y en 2018-1 (el del moncadazo en la cara de Danovis Banguero a Nacional en el Atanasio).

Por cierto, el Tolima es uno de los cuatro clubes que han sido campeones de la A después de haber estado en la B: los otros son Pasto (ascendió en 1998 y quedó campeón en 2006-1), Chicó (subió en 2003 y campeonó en 2008-1) y Cúcuta, que coronó título en la A en 2006-2 luego de haber ascendido el año anterior. Ah, los boyacochicoanos y los pastusos son los únicos equipos surgidos desde la B que han sido campeones en la A

Y este fue el Tolima 1994 que jugó a cancha llena en su única experiencia en la B, y que – la verdad no encuentro una manera menos cursi de decirlo – marcó un antes y un después en la historia deportiva del club. Arriba Carlos Castro (no el delantero sino el volante tolimense), Emerson Jiménez, «Chito» Torres, Frank Rengifo, Harold Rivera, Hugo Arrieta, Fabián Barbosa, Elías Correa, Mauricio Rivera. Abajo: James Olaya (con ese nombre y esa carátula no es necesario que aclare que es tolimense el hp), Omar «El Misio» Suárez, Julio Javier Doldán, Eumelio Ramón Palacios (!!!), Jorge Villar, Julio César Yegros.

2 pensamientos sobre “Especiales LMDF: Reseña de ascendidos y descendidos en Colombia

  1. Que pedazo de articulo, me acuerdo el ascenso del Huila mi tia escuchandolo en radio viejo en un pueblito apartado, y gritando cuando ascendio, por algo dicen que el futbol es lo mas importante de las cosas menos importantes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *