Editorial + Encuesta – Como decían las abuelas: al bagazo poco caso

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Con todo lo bonito y las satisfacciones que da la profesión, ser futbolista profesional no debe ser para cualquiera. Si eres jugador promedio/nivel random te toca deambular por uno u otro equipo de menos pedigrí que perro de mercado público, cuyos dueños se creen a veces los propietarios de una finca cuyos jornaleros son los jugadores, y con un capital difuso y mínimas – y a veces ninguna – estabilidad laboral o social. Cada semana te tocará a jugarte el mes con frecuencia en peladeros dignos de torneos de barrio, con vestuarios en los que el agua o no sale o sale sucia o sale más caliente que un hp, y en donde ruegas que no te jodan la carrera con una lesión que te deje varios meses sin sueldo, o te retire de todo. Sí, porque un futbolista no es como cualquier profesión: un ingeniero, abogado, técnico o doctor no dejan de ejercer si se joden los meniscos, ni les toca de un día para otro cambiar totalmente lo que van a estar haciendo el resto de su vida porque un defensor de otro equipo en la misma situación del tuyo te partió sin querer la tibia y peroné. Y generalmente, por mucho empeño que le pongas a lo que más sabes o te gusta hacer, tu carrera pasará inadvertida, y si te toca en – por ejemplo – la B colombiana sabrás que no te conocerá nadie al entrar ni nadie al salir de la cancha, porque ni a los policías ni a los pocos desocupados que están yendo a ver estos partidos les interesará putearte, aplaudirte o insinuar a gritos afirmaciones insinuantes a prácticas poco ortodoxas de tu señora madre.

Ahora, si es un jugador top o de ligas ídem la cosa cambia bastante, porque te acostumbras a tener todo a la mano. No vas al estadio agarrando colectivo o taxi sino en cipote de bus perteneciente al club. Vas a hoteles 5 estrellas en donde lo más incómodo que sufres es el acoso de los fanáticos o la prensa preguntando las mismas huevonadas de siempre. Sabes que si te lesionas es más que probable que tu club no solo corra con todos los gastos de recuperación sino que te ayudará a recuperarte, y si te va muy mal recaes en un equipo de menor nivel pero en el que tendrás casi lo mismo que tenías. Pero en contraprestación estarás más seguido en el ojo de esa veja chismosa y desocupada que es la opinión pública: si la cagas te matan; si tomas una mala decisión te liquidan, si pierdes la paciencia te haces fama de mala gente. Y además tu nivel de estrés en cancha seguramente aumentará, porque estarás expuesto a mucha mala onda sea de los que exigen que te hagas matar por su equipo o por los que quieren de todas las maneras posibles verte pifiarla seguido en el campo. Tampoco es para cualquiera, ser futbolista de élite.

Entonces cuando pasan cosas como la que sufrió Frank Fabra el pasado fin de semana uno se pone a pensar en lo jodido que debe ser como futbolista estar expuesto a este tipo de situaciones. De ser casi como que puesto en medio de un escenario para que el público haga lo que se le de la puta gana, sea aplaudirte o – casi siempre – tratar de hacerte mierda. Debe ser muy jodido que a uno lo maltraten de esa manera una cantidad anónima de gente, o incluso jugadores del equipo contrario. Y da asco esos que en pleno siglo XXI y tras todo lo que ha pasado esta humanidad de mierda, aún discriminan a otro por ser negro, extranjero, chino, judío o whatever, porque al final los que creen que otro es inferior por ser de una raza en particular demuestran ser pocas personas, pequeñas de mente y llenos de prejuicios que deben tener raíces muy profundas y a veces en complejos propios.

Otros grandes jugadores ya habían vivido lo de Fabra

Peeeero (ajá, viene el «pero»), también pienso como el ser egoísta y opinador gratuito que soy y me pregunto si, de pronto, tal vez, quizás, Fabra no se pasó de calidad con la reacción que tuvo. Porque si uno es jugador y los hinchas de tu propio equipo te gritan «negro de mierda» debe ser una cagada bajoneante. Pero, que los idiotas del equipo del frente – hinchas y jugadores – te insulten es una vaina que azara, pero que debería ser tomada con pinzas por el origen de los insultos. O sea, y admitiendo que cada quién reacciona como quiere: ¿qué relevancia se le debe dar a los gritos aislados – no de todo el estadio – de unos subnormales del equipo contrario? ¿Un man como Fabra, con toda la calidad que tiene, con todo lo que ha logrado y va a lograr, estando en un lugar que jamás van a alcanzar la mayoría de los rivales a los que enfrentó esa noche, debería darle trascendencia a los intentos de desestabilizarlo? ¿Debería darle relevancia a un resentido de la tribuna, que jamás en toda su vida va a lograr lo que Fabra en lo deportivo/personal/social consigue en un mes? Nuuuuuu, ni por el putas.

Aparte de todo recalco que era el público rival ¿Acaso Fabra espera que los hinchas de Estudiantes – de por sí según todos los informes, una mierda detestable – le griten «¡Ja! Mira la jugada hermosa que ese representante de las comunidades afrodescendientes de Colombia le ha hecho a nuestros defensores! ¡Oye!  – le gritan – ¡procura no hacerlo otra vez, pues nos perjudicas, ja!». Eso pasa en cualquier cancha del mundo, en cualquier lado, en todos los estadios en los que hay rivalidades. No justifico el racismo ni por el carajo, pero me parece que para un jugador de fútbol hay una opción de combatirlo diferente a salirse de la cancha o parar el partido: se puede hacer matar y pegarle un baile a los rivales, para que así el ofensor se vaya a su casa con el insulto bien devuelto e incrustado en el píloro, y con el recuerdo para toda la vida de aquella vez que un negro al que se pasó matoneando le demostró a él mismo que era un pobre marica. A veces nos tomamos las cosas de manera tan solemne que se pierde el sentido inicial de lo que queríamos hacer: al final quedan gestos más propios para montar videos que se comparten como pirámides en las redes cuyo encabezado es «Recibió insultos por su color de piel durante todo el partido: ¡no creerás cómo les respondió!»

Pero es mi opinión: para no ser cerrados y para que me digan que estoy más equivocado que el putas, dejo aquí la siguiente encuesta para que voten, y este post para que viertan las suyas.

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18 pensamientos sobre “Editorial + Encuesta – Como decían las abuelas: al bagazo poco caso

  1. aca en argenlandia se grita de todo y hay menos códigos y corrección política en el fobal que en cualquier otro lado
    en un partido se puede decir y podés escuchar de todo, desde un negro de mierda a un negro o marrón(?) o asesino a uno tuvo la desgracia de pisar a uno y matarlo, etc (ni hablar de hermosos(?) casos de humro negro en las tribunas)
    está mal? claro; va a seguir pasando? siempre; y más en un país tan racista que se cree que es un enclave europeo en medio de latinoamérica…
    el tema sigue siendo si un jugador puede estar preparado psicológicamente para eso; acá está instalada la idea de que en la cancha se dice cualquier cosa, entonces no hay que darle tanta importancia, pero evidentemente hay jugadores que no pueden soportar éso…
    aguante fabra, pero ETO É BOCA marcá a alguno la puta que te parió(?)

    1. No sé si más que acá, pero en Colombia también somos muuuy racistas. Aunque ha bajado bastante, en los estadios es frecuente aún el escuchar un «Negro hijueputa!» a voz en cuello incluso si es uno del equipo de uno que la caga en alguna jugada.
      Ahora: ¿por qué no con los blancos o mestizos? (?) Porque culturalmente no ha sido así, como en casi todos los países de América. Pero si un jugador mono (rubio para nosotros) o Pocahontas (?) es un horrible, igual se le gritarán cosas pero aludiendo a diversos tópicos que lo puedan ofender.
      Creo que la cosa va más allá del racismo, al menos en mi país.

        1. Tal cual… y es lo que me parece que se saltan todas las organizaciones cuando quieren pelear con el racismo en el fútbol, que pretenden que un hincha asuma una posición edulcorada en casos cómo estos. Para mí es exagerado relacionar TODOS los insultos de este tipo con un fenómeno de racismo (por no decir de violencia).

      1. Tristemente en argentina si existe un racismo mas tangible e «informado» es decir, realmente se ofende por el color, en Colombia es mas fruto de la ignorancia, seguramente si no fuera negro igual le buscaban ofender con algo mas, que sin ser malo, lo hasta sentir mal como gordo, vendido, marica, enano, etc, si se las montan por hacer comerciales.

  2. Master, siempre pasa y pasará, pero la mejor forma de callar eso es concentrado y hacer bien las cosas en la cancha, idealmente con una tripleta y mandarlos a callar en la celebración, no veo a Fabra en esas, pero igual juicioso en la marca y dando salida les amarga la tarde a los de Estudiantes. Preocupa un poco por aquello de la presión de partidos internacionales ( recuerdo el caso del brasilero que hicieron llorar en serbia hace unos meses) que sigan pasando cosas así, igual si un equipo necesita en la nómina jugadores lo único que importa es que ganen el resto no interesa.

    1. Exacto. Lo mejor es quedarse calladito y cumplir. Si uno espera que lo traten con cariño en un partido con público visitante, pues….

  3. Con reacciones como esas Fabra lloraría hasta jugando en la Cancha del Maracana…del barrio El Bosque (claro esta);debe ser jodido pero me imagino que es parte del trabajo de él esta contemplado una situación de esa;es como la gente de «atención al público» que debe estar preparada para atender a determinados personajes.

    1. Tal cual pienso, pana. Yo la verdad me imagino la cantidad de cosas que le habrán dicho a tipos como el Guajiro Iguarán, Freddy Rincón o el Tino Asprilla, y me supongo también la manera en como reaccionaron (mandándosela a embocar al contrario).

  4. Faltó la opción:
    «Trepa el alambrado y agrede al hincha a lo Gascoigne»
    Pero la que va ganando es la mas parecida. (?)
    Ahora, en serio, esa es de las cosas que están mal pero «son normales», no es tratar de justificar el tema, porque sino, sería como con algunas cosas sexistas que también son «tan normales» que a veces uno no se percata que están mal.
    A todos se nos ha salido un «negro hijueputa valga la redundancia»(?), pero por mas que salga del alma (porque Toloza la manda a Metrocentro estando a dos metros del arco sin arquero(!)), no va con la intención de hacer una ofensa estructurada y elaborada, con atisbos culturales y esas vainas… es mas un acto reflejo y ahí queda, muchas personas ya no les importa si es negro, blanco, amarillo y demás… En fin, buen post YSEC, saludos.

      1. esa vaina!… ya el alzheimer me tiene jodido… pero bueno, algún europeo de esos al fin y al cabo todos se parecen (?)
        Gracias ahí por la corrección viejo martincx

  5. Muy maricón Fabra. Aparte, tampoco es que acá en Colombia no se negrea, más de un negro hpta» se habrá comido desde que debutó para que ahora se ponga con estas maricadas.
    A mí (A MÍ) un jugador así de llorón -y para rematar defensa- no me cuadra de a mucho. Hasta en inglaterra que se las dan de «lords» lo van a putear bastante jodido.
    Así NO, Fabra, así NO.
    Buen post.

  6. O que haga como Grafite a Desabato en un Sao paulo contra creo que fue Banfield o Quilmes en la libertadores del 2005, hacerlo arrestar y dejarlos a todos comiendo mondá.

  7. Lo que pasa master es que hoy en dia quedan pocos futbolistas y mucha estrellita rimbombante, que andan mas pendiente del hp twitter (Hola Gerard) que de verdad tomar esta maricada en serio. Como hincha del rojo caleño tantas veces en mi vida he dicho negro hp, como mono hp, como calvo hp, como Giovanni Hernandez. Es muy normal, y de esto se trata esta vaina es un circo romano donde la gente va sedienta de sangre enemiga. Una cosa es que el publico te diga negro hp (propio o ajeno) y otra que el presidente de tu equipo te saque por negro (cierto señor Gil y Gil??) ahi si hay un racismo que tiene que ser penalizado.

  8. Me permito opinar. Creo que existe una diferencia en varias mentadas de madres afrodescendientes. Como dijo kadtagenero, no es lo mismo el grito espontáneo que el elaborado. Seguramente en la cancha se puede sentir la diferencia. También depende de la personalidad de cada jugador la reacción. Dani Alves se comió el guineo, Muntari se salió de la cancha. Por eso voté la versión cada quien reacciona.
    Ahora bien, Toloza escucha el afroinsulto, mira a la tribuna y pensará «cínicos»…

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