Grande Escándalos del Fútbol Mundial: o grande mierdeiro de Brasil en el Mundial de 1938

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No siempre la selección de fútbol de Brasil en Mundiales fue BRASIL, esa que lleva dos goles de ventaja de entrada por pura camiseta y que si no llega a semifinales es un fracaso total; en sus dos primeras participaciones era un equipito más. Para 1938 sí llevaron un equipazo, y podemos afirmar con la seguridad que nos dan los datos que nadie puede comprobar (?), que si no quedaron campeones ese año fue en parte por inexperiencia, y en parte por una serie de pequeñas cagadas, que conforman todas juntas una – en mi opinión – curiosa historia que contaremos por acá.

Cuando Brasil era “un digno participante“…

Seleção de 1938
Jugadores de la selección brasileña en un entrenamiento para el Mundial de 1938. Arriba: Nariz. Luizinho. Zezé Procópio. Brandão. Alfonsinho y el técnico Adhemar Pimenta. Abajo: Walter, Jaú, Hércules, Lopes, Leonidas y Perácio (Fuente). Sí, ese hombrecito con pinta del tío borrachín de la protagonista de una novela brasileña es el técnico…

Los dos primeros mundiales de fútbol de la historia vieron a los brasileros devolverse rápido a sua casa después de una actuación bastante pobre: en 1930 Yugoslavia les ganó el cupo a las semifinales al vencerlos 2-1 y así quedar por delante de ellos en el grupo que compartían con Bolivia, y en 1934 la España del Divino Zamora Isidro Lángara los sacó en un solo partido al vencerlos por 3-1, en esos tiempos en que el campeonato del mundo era del tipo “Mata-mata”: perdías el primer partido y Chao. Al parecer el tema no pasaba taaanto por una diferencia de nivel entre el fútbol de Brasil vs el europeo, sino por factores como inexperiencia, mala preparación o simplemente por qué hps dirigente tan brutos. Por ejemplo, las crónicas dicen que para el Mundial de 1934 la selección brazuca solo alcanzó a tener un entrenamiento en Génova antes de enfrentarse/debutar contra España, luego de zamparse 15 días viajando por mar hasta Italia, a donde casi todos los jugadores llegaron con sobrepeso por el viaje en barco (!).

Lo que en realidad más efecto tuvo en el nivel de los brasileños en esos dos mundiales fue la política de la Confederación Brasileña de Deportes, que se negaba a convocar a la selección aquellos jugadores pertenecientes a equipos abiertamente profesionales (ergo: a los que reconocían sin ambages (?) que pagaban salario por patear la pelotica); con lo que automáticamente se excluía a casi todos los cracks del fútbol local. Es que que a los seres humanos nos gusta ganar bastante billete (no sé si sabía eso), y los mejores jugadores de la época, en su mayoría, habían sido tentados por el poder maligno (?) del dinero. Otras versiones apuntan a una rivalidad entre la CBD (con base en Rio de Janeiro) y los clubes paulistas más que al tema del profesionalismo per se (probablemente fueron ambas cosas); el caso fue que, para las dos primeras Copas del Mundo, la selección brasileña era una versión muy livianita del potencial futbolístico del país; tanto fue que para la de 1934 la CBD le tuvo que pagar a algunos jugadores para que no se profesionalizaran y así pudieran jugar en la selección (!). Una total farsinha.

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La selección brasileña que duró en el Mundial de 1934 menos que la condición de «gran promesa» de Marlos (Fuente)

Esta situación se solucionó en 1937, luego que después de acercamientos iniciados por varios clubes (Vasco da Gama y América, entre otros), la CBD admitió la existencia del profesionalismo en el fútbol local y quitó las restricciones para convocar jugadores a la selección. Esto le abría campo en la seleção a varios jugadores consagrados, algunos de ellos parte del firmamento de estrellas brasileño de todos los tiempos: el back Domingos Da Guia (en esos días en Flamengo), el delantero Tim (Fluminense) – futuro técnico de Perú en 1982 – y sobre todo, el legendario Leónidas (Flamengo), aka “El Diamante Negro“, delantero letal, de rendimiento parejito y muy habilidoso. De Leonidas dicen los brasileños que fue el inventor de la Bicicleta, entendiendo esta no como medio de locomoción sino como esa jugada con la que venderá humo un asexuado jugador lusitano 70 años después. Sigamos; ahora sí, la selección brasileña podía contar con lo mejor del país. Y se presentó esta coyuntura justo para el Mundial de 1938 en Francia, al que Brasil clasificó sin disputar eliminatorias debido a la renuncia de los demás equipos sudamericanos a jugarla (oficialmente, por la renuncia de Argentina). La expectativa de la afición estaba más crecida que argentino con plata y novia veinteañera y modelo viajando por Sudamérica, no solo por la fe en sus jugadores, sino porque la prensa de la época y el gobierno filofascista de Getulio Vargas se encargaban de machacar al pueblo todo el día con la grandeza de Brasil por aquí, el honor del país está en juego por acá, demostraremos que somos potencia mundial por acullá. En fin, la lavada de cerebro propia de los gobiernos autoritarios…

El crack Leonidas da Silva con la camiseta del Flamengo

Brasil para el Mundial 1938: O mierdeiro

Por esos días el director técnico del seleccionado era un tal Adhemar Pimenta, entrenador carioca con una respetada trayectoria en diversos clubes de su estado natal. Su experiencia anterior había sido con el viejo Madureira Esporte Clube, al que sacó subcampeón estatal dos veces seguidas (supongo que les decían Os cebolleiros). Desde ese club saltó a la selección a finales de 1936; con esta había estado como técnico en el Sudamericano de 1937, en el que fue… sí, subcampeón (perdió el título contra Argentina en un partido de desempate jugado en el viejo Gasómetro). Ahora, la mayoría de las crónicas brasileñas no le tienen respeto alguno a sus muertos (?), porque le dan como a cajón mal cerrado al pobre Pimenta, al que califican de muy trabajador y con bastante llegada a sus jugadores pero más desactualizado que Pacho Maturana (Fuente). Por ejemplo, Pimenta desconocía – literalmente – la existencia de la famosa formación WM (3-2-2-3) que hacía un año la usaban varios clubes en Brasil, por lo que disponía a sus equipos con el ya anacrónico sistema de la “Pirámide“: 2-3-5. El otro defecto de Pimenta, como se descubriría después, es que para tomar decisiones mostraba más dudas que Sergio Fajardo, lo que lo hacía blanco fácil de los sapos infaltables en todas las épocas: políticos, directivos y hasta periodistas que le pedían que colocara a tal o cual jugador de titular.

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Debía imponer mucho miedo con esta cara, el DT Adhemar Pimenta

Para la preparación del equipo que iba a disputar el Mundial, la CBD esta vez no improvisó como veces anteriores sino que hizo una rigurosa planificación deportiva y logística, que incluyó la recolección de fondos por medio de “colaboraciones patrióticas“. El plan era que los jugadores seleccionados por Pimenta pasaran unas dos semanas concentrados en la pequeña y tranquila localidad mineira de Caxambu, después de lo cual partieran en una especie de gira de despedida / preparación / recolección de fondos por varias ciudades costeras del país (algo que al parecer era común en esos lejanos tiempos sin auspiciantes internacionales, directivos revendiendo entradas ni barrabravas viajando con la plata de la Federación local) y de ahí se fueran para Francia a terminar de prepararse para el debut contra Polonia en Estrasburgo. Estando en Caxambu el técnico Pimenta formó a los preseleccionados (al final habría un corte que dejaría a algunos jugadores fuera del equipo que viajaría a Francia) en dos equipos, el “azul” y “el blanco” (en otras partes dicen que “el tricolor“), el uno compuesto por jugadores más de toque y el otro con más físico y más apto para choque.

La idea de la estadía en Caxambu era que el equipo se preparara en un remanso de paz y tranquilidad, pero pensar que esto iba a ser así es desconocer la naturaleza de los brasileños (?): estando allá los jugadores en pleno mandaron una carta a la CBD solicitando mejoras en las condiciones y premios estipulados para el Mundial. Cuando hablo de “mejoras” me refiero sobre todo a “mejora$“: en un documento que derrochaba chupadas de gladiolo y apertura de guarda-chuvas (?) por cada centímetro cuadrado de papel (“Sean nuestras primeras palabras de sincero agradecimiento por la honrosa visita que se dignó en hacernos…“, “…brindando el apoyo moral tan necesario para la ardua misión que nos ha confiado…“, “...solicitamos a vuestra Excelencia., sin que este gesto signifique de nuestra parte cualquier exigencia…“) los jugadores pedían, entre otras cosas, incrementos en los viáticos diarios en Francia, ayuda mensual para gastos, salarios fijos e incrementos en los premios. Peticiones que podían ser o no justas – vaya uno a ver las condiciones de la época -, pero las cuales fueron furiosamente rechazadas por las autoridades de la CBD e incluso por los clubes, algunos de los cuales exigieron a sus jugadores en la selección retirar su firma de la carta. Qué novedad, eso de los directivos explotando a los jugadores es desde siempre… el caso es que el asunto se cortó ahí pero quedó una sensación de malestar en el ambiente.

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Un diario de la época hablando de la concentración brasileña en Caxambu. Mira esa, desde esa época ya se hablaba de “O Scratch” (Fuente)

Ahora: especulemos: una de las peticiones de los jugadores fue “Abolir la cláusula ‘F’ del reglamento interno“, que no sabemos a ciencia cierta en qué consistía pero que pinta bastante a que se refería a una prohibición de llevar mujeres a la concentración. Puede ser (estoy especulando, insisto), porque según otras fuentes “…o tempo livre, que deberia ser de descanso, foi destinado à jogatina, bebidas e mulheres“. En fin, a nada reprochable (?), pero obviamente esto no fortaleció la disciplina dentro del grupo, Y más cuando, al parecer, el propio técnico Adhemar Pimenta no solo favorecía las farras sino que participada de manera activa en ellas…

Los problemas continuaron en la gira por las ciudades pre-viaje a Francia, y en gran parte por culpa de os Journasidas que viajaban con la delegación. Los periodistas de ese entonces luchaban fuertemente por los intereses de uno u otro club, a diferencia de los honestos y objetivos comunicadores de hoy (?). Así fue como uno de ellos – afín a Botafogo – abrumaba a Pimenta con la cantinela que los puestos de wing y entreala izquierdos tenían que ser sí o sí para Peracio y Patesko, jugadores pertenecientes – oooohh, mira, qué casualidad – al Fogão. No era el único: cuando este se descuidaba llegaba otro infatigable trabajador de los medios escritos a decirle al entrenador que no le hiciera caso a ese bruto, que los titulares tenían que ser Tim y Hércules del Fluminense. Y dale que dale todo el puto viaje, cada quién haciendo lobby por su lado, pero Pimenta, en vez de hacer lo que cualquier hombre de bien haría (atar a los periodistas con una bala de cañón y arrojarlos al mar al amparo de las sombras de la noche), simplemente los dejó hacer, se dejó envenenar y se llenó de un montón de indecisiones que terminaría materializando en pleno mundial.

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Uno de los lobbyeados era Patesko – de nombre Rodolfo Barteczko -, hijo de polacos establecidos en Curitiba, y figura de esos años del Botafogo

Esta situación generó los inevitables corrillos y chismes de pasillo entre los propios jugadores, que se manifestaron antes incluso de abandonar aguas brasileñas. Días antes de un torneo de exhibición en Salvador (Bahía), al glorioso Elba de Padua Lima “Tim” un compañero le tiró el Dátolo/chisme/rumor que los zagueros Brandao y Zezé Procopio tenían la orden del propio técnico Pimenta de entrarle con los taches para arriba, buscando que el propio Tim se arrugara, jugara mal y así se justificara la titularidad de Patesko. Chisme incomprobable y maligno, pero parece que el propio Tim decidió tomar sus precauciones por si acaso el rumor tuviera validez: así fue que en medio del partido de exhibicíón, cuando sintió cerca al zaguero Zezé Procopio – uno de los supuestos agresores -, Tim lo levantó de cipote de patadón preventivo que casi lo saca del campo. Más vale prevenir que lamentar… (?). El técnico Pimenta reprendió a Tim y este le retrucó airado acusándolo de querer perjudicarlo para favorecer a Patesko, por lo que el técnico decidió sancionar a Tim por irrespeto. Pero el asunto se fue para el lado que nadie esperaba cuando, en el descargo posterior ante el jefe de la delegación, el propio defensor agredido admitió que, en efecto, sí había recibido órdenes del técnico para intimidar en la cancha a Tim (!!!). ¡Chúpate esa! El mierdero se calmó mediante la conmutación de la sanción económica al futbolista, por lo que todo quedó, supuestamente, ahí. Otro asunto más…

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El gran Tim con la camiseta del Flu (Fuente)

El Mundial de 1938: Eu no me arrepentou desse amor

Estos vergueros parecían casi olvidados en pleno mundial, con los brasileños llegando a semifinales luciendo un fútbol de lujos, firuletes y eficiencia nunca antes visto en Europa. Todo a pesar de las dudas de Pimenta, que en el debut ante Polonia decidió, ante la disyuntiva de poner por la izquierda sea a Peracio y Patesko o a Tim y Hércules, se graduó de tibio y alineó a Peracio y Hércules: la fórmula que quedaba bien con todos. Además por derecha el técnico alineó a Lopes (Corinthians) y Romeu (Fluminense), y en el centro a Leonidas. Los brasileños ganaron 6-5 en un épico partido en el que la figura por su fútbol y goles – uno de ellos el famoso gol descalzo que sale en todas las crónicas – fue el gran Leonidas.

La victoria fue seguida por millares de aficionados brasileños a través de las gangosas ondas radiales de la época, y generó tanta emoción que hasta hubo muertos de emoción como lo indicó el periódico carioca “Correio da Manhã” del 7 de Junio: “(…) después de la jubilosa noticia de la brillante victoria de los brasileños sobre los polacos (…) fulminado por la emoción intensa, falleciera el jefe de la estación postal y telegráfica, el sr. Dario Balesdent. (…) [Con el sexto gol] Balesdent gritó vivas al Brasil. Se calla repentinamente (…) Llama a su esposa, que al llegar presurosamente ve a su marido ya extendido, agonizando. Cuando llegó el médico, el sr. Dario Balesdent era cadáver“. La noticia no aclara si el tipo se murió por el sexto gol, por los vivas al Brasil o por la vista de la esposa, pero, bueno, no tenemos las fuentes completas… ¿El titular de la noticia? “Alentando por la victoria de los brasileños – Nos mató la emoción!“. Ni al bisabuelo del que titulaba las noticias en El Espacio se le hubiera ocurrido uno mejor…

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Leónidas contra los polacos en el debut brasileño en 1938 (Fuente)

Siguió el torneo para Pimenta y los suyos: en Cuartos de Final a Brasil le tocaba enfrentar en Burdeos a la durísima Checoslovaquia, semifinalista en 1934; en un partido que pintaba bastante difícil. Y lo resultó, aunque no solo por el lado deportivo: brasileños y checoslovacos se dedicaron a darse un concierto de pata y fútbol asperísimo que quedó para la historia como “La Batalla de Burdeos“. Pero que no decidió nada: el 1-1 implicaba que ambos debían jugar un partido de desempate solamente dos días después para definir el clasificado a semifinales. Los dos equipos estaban maltratados (los checoslovacos no contaron en el desempate con su legendario portero Frantisek Planicka, que terminó el partido anterior con el hombro dislocado y tapando con un solo brazo (!)), pero los brasileños estaban peor. Entonces el técnico Pimenta, por una vez, tomó una decisión arriesgada: decidió alinear a los suplentes y jugar el partido de desempate con nueve cambios respecto de la nómina que enfrentó el primer partido – solo repitieron el portero Walter y Leonidas, muy golpeado pero cómo lo sacabas… Y le resultó a los brasileños, que con una línea de ataque casi toda descansada y de bastante calidad, compuesta por Tim – terminó siendo la figura del encuentro – y Patesko a la izquierda, Leonidas en el centro, y Roberto y Luizinho en la derecha, ganaron 2-1 y pasaron a semifinales.

La euforia por la clasificación a semis se atenuó con la confirmación de los médicos (de hecho no había médico oficial del equipo, sino que las funciones eran desempeñadas por el Jefe de la delegación y por el jugador Nariz, recién graduado de medicina) que Leonidas no iba a estar disponible por físico cansancio ídem – había jugado 210 minutos de batalla campal en dos días – para el partido contra Italia. Ahora, la opción más obvia para reemplazar a Leonidas era el delantero del Vasco da Gama Niginho, cuyo nombre real era Dionisio Fantoni, italodescendiente nacido en Belo Horizonte que se había ido unos años antes a jugar como oriundo a la Lazio. Estando en la península el delantero se devolvió repentinamente a Brasil para jugar en el Palestra Italia de Minas Geráis (el futuro Cruzeiro) aún con el contrato de la Lazio vigente. Niginho contó que estando en Italia le pintó la nostalgia y por eso se devolvió a jugar a su país natal, pero las malas lenguas (?) dicen que este sentimiento le apareció CASUALMENTE cuando lo convocaron al Ejército italiano para ir a la guerra con Abisinia. Su situación legal de contrato incumplido y de desertor del ejército era conocida por el jefe de la delegación brasileña, por lo que le advirtió a Adhemar Pimenta que lo mejor era no colocarlo contra los italianos para evitar posibles escritoriazos.

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Ante esta situación el técnico Pimenta tenía dos opciones, ambas razonables: a) jugar con la delantera ya descansada de los dos primeros partidos e improvisar a uno de los suplentes en el puesto de Leonidas, o b) repetir la nómina del partido anterior e improvisar a uno de los titulares como centro delantero. Pimenta escogió la tercera vía: c) Cagarla (?). Hizo una mezcla de todo lo que tenía, descolocando a los jugadores de los puestos en que andaban bien y dejó fuera a Tim, la figura del partido anterior. Y así le fue: Brasil perdió 2-1 en un partido en el que prácticamente no generó peligro y quedó fuera de la lucha por el título mundial. La decepción en sus hinchas fue inmensa: algunos hablaban de injusticia (supuestamente el penal que derivó en el segundo gol italiano no era válido) y hasta hubo algunos agüevados que creyeron los rumores que la FIFA iba a anular el marcador. Total que Brasil quedó condenado a jugar el partido más triste del mundo tres días después, en la misma Burdeos: por el tercer puesto, los brazucas vencieron a Suecia 4-2.

1938 - Brasil 4 x Suécia 2 - Gol de Romeu
Romeu convirtiendo contra Suecia por el tercer puesto

Pero las cosas no terminaron ahí. Los brasileños no solo fueron por primera vez protagonistas en un Mundial de Fútbol, sino que inauguraron su tradicional costumbre cuatrienal de tirar mierda para todos lados en caso de no quedar campeones. El más damnificado a posteridad fue el pobre Pimenta, al que le dejó esta semifinal una leyenda negra que se lee aún hoy en la mayoría de anecdotarios mundialistas: quedó con la fama de soberbio, que sobró el partido contra los italianos. Que dizque no alineó a Leonidas porque quería reservarlo para la final. Que contra los italianos colocó a ocho suplentes porque estaba seguro que les iba a ganar. O sea, todas verdades a medias o incomprobables, porque es un hecho que: 1) Leonidas estaba lesionado después de los partidos contra los checoslovacos, por lo que iba a ser baja si o sí; y 2) No es que haya jugado con ocho suplentes la semi, sino que la jugó con los titulares habituales que no colocó en el partido inmediatamente anterior. Ahora, no sabemos si esto fue acompañado por alguna declaración desafortunada magnificada por la prensa, pero lo cierto es que esta versión de los hechos lo deja como un burro y es repetida aún hoy en muchas partes, como acáacá, o este menso de acá que la leyó de aquí

Pimenta no fue el único acusado por los histéricos y llorones brasileños: otras versiones apuntan a que la verdadera razón de la ausencia de Tim y Leonidas de la semifinal fue por castigo del técnico debido a sus repetidas ausencias de la concentración. También incomprobable… el caso es que “El Diamante Negro” reapareció en el partido por el tercer puesto convirtiendo dos goles, lo que para algunos en su país fue algo sospechoso. Quién sabe, lo más probable es que simplemente se recuperó de su cansancio (años después, el fugado Niginho acusó abiertamente a Leonidas y a Domingos da Guía de “venderse” contra los italianos, pero nadie le paró muchas bolas al resentido y desertor este).

Y listo. Un año después vino la guerra y los mundiales sufrieron un parate por doce años, así que saber cómo le hubiera ido a los brasileños en las ediciones que al final no se disputaron es un pajazo mental bravo. Al menos podemos hacernos una ligera idea: en 1942 O Scratch volvió a las citas grandes de la época en la Copa América de Uruguay – no asistieron en las ediciones de 1939 y 1941 -, con una nómina que incluía varios de los grandes nombres que brillaron en Francia cuatro años atrás – Leonidas no fue -. Terminaron en un gris tercer puesto merced (?) a sus derrotas con Uruguay y Argentina (campeón y subcampeón respectivamente) y su empate ante Paraguay, que hicieron inútiles las infaltables victorias ante Chile, Perú y Ecuador. Ah, el técnico era el mismo Adhemar Pimenta, que renunció recién terminado el Mundial de 1938 en medio de los cuestionamientos, y que retornó brevemente a la misma para esta Copa América. Después de dejar tan variopintos (?) recuerdos en la afición brasileña, Pimenta renunció a la misma y se fue a Santos, en donde tampoco quedó campeón…

9 pensamientos sobre “Grande Escándalos del Fútbol Mundial: o grande mierdeiro de Brasil en el Mundial de 1938

  1. «hasta hubo algunos agüevados que creyeron los rumores que la FIFA iba a anular el marcador»
    Ah bueno, pensé que solo nosotros celebrabamos estrellas falsas (?)
    Muy escrito don YSEC, saludos

  2. Sacando algunas excepciones, Brasil no va a ser grande hasta la aparición de Pelé en 1958. Por eso, y no sólo por lo crack que fue, es importante O Comedor de Garotinhos.

    1. Si y no.
      El titulo mundial solo lo tuvo en 1958.
      Pero fue protagonista de los mundiales:
      1938: Ese 6-5 es muy recordado
      1950: el maracanazo
      1954: la batalla de Berna
      Se podria argumentar que eran cagones, pero pienso que ya tenian chapa de grande.

  3. «el gran Frantisek Planicka terminó con el hombro dislocado y tapando con un solo brazo» buena lección hubiera sido para salah…ah y por no omitir algo MUERTE ROMEHHRO

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