Cinderella men: la solitaria y random participación de Canadá en el Mundial 1986

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¿A los cuántos años te diste cuenta que, hasta que volvimos en 1990, Canadá tenía las mismas participaciones en Mundiales de Fútbol que nosotros? Imagínate: y hasta habían jugado con las poderosas Francia y la URSS… ah, ¿no tenías ni idea? Aguanta la burra, que acá te lo contamos.


Lo bonito de escribir de un tema como este es que te reconfirma una vez más que, comparados con otros países, no somos ni mierda en historia futbolística. Por ejemplo, con este dato con el que serás un éxito en las reuniones y salidas – una vez se reanuden en 2025 – te darás una idea: el primer juego de fútbol en el territorio de Canadá se realizó en Toronto en 1876. Repito: mil ochocientos setenta y seis… chúpate esa, cuando todavía nos llamábamos Estados Unidos de Colombia ya se jugaba fútbol en Canadá…

Pero sigamos: al año siguiente se formó la Dominion Football Association (lo de “Dominion” viene del status territorial de Canadá en esos días dentro del Reino Unido), la cual fue, a propósito, la primera asociación de fútbol en el mundo formada fuera de las islas británicas. Ya en 1912 se formó la que se convertiría en la actual federación de fútbol canadiense, la “Dominion of Canada Football Association”, que se afilió a la FIFA el mismo año, y que con algunos cambios de nombre persiste hoy como la “Canadian Soccer Association”. Estamos hablando de una trilla de años, de tradición, de historia, pero de resultados a nivel masculino hay muy poquito (a nivel femenino les va mucho mejor): la selección mayor solo puede presumir dos títulos a nivel de la Concacaf (1985 y 2000, esta última ganada a cierta selección sudamericana que para qué mencionar) y un par de copas menores. Su primera participación en un campeonato mundial de mayores fue en las eliminatorias de 1958, en las que quedaron eliminados en primera ronda sin hacer mucho ruido. Recién volvieron a intentar clasificar para 1970, y desde ahí solo fueron uno más en las Eliminatorias de la Concacaf hasta las de 1978 inclusive.

Para las de 1982 los canadienses pegaron una buena generación – o al menos una menos horrible que las anteriores -, fogueada en la entonces competitiva NASL gringa y eso se notó en la cancha. Con la pintoresca NASL (su historia la pueden repasar acá mismito) pasó algo curioso: no ayudó una verga a mejorar el nivel de la selección del país dueño del torneo – Estados Unidos – pero sí lo hizo con las de los vecinos canadienses. De hecho los mejores años del fútbol en Canadá coinciden con los últimos pataleos de la NASL, torneo nutrido de varios jugadores canadienses que terminaron convirtiéndose en la base de su selección en esos años en los que, por primera y – SPOILER ALERT – única vez en su vida lograron aparecer en los televisores de todo el mundo. Ayudó además la labor del DT de la selección desde 1981, el británico Tony Waiters, que le metió fuerte disciplina y trabajo físico a los suyos para poner orden en la A (?).

Hablábamos de las eliminatorias a España 82: en estas los canadienses tuvieron su primer “we missed the five cents for the dollar”: en su último partido de la fase final necesitaban ganarle a la penosa Cuba por más un gol de diferencia para clasificar al Mundial, pero apenas lograron empatar y el cupo se los terminó agarrando El Salvador. Con la misma base de jugadores que afrontó esas Eliminatorias, Canadá llegó hasta Cuartos de Final de los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 – por esos días se permitía que las selecciones de poco nivel llevasen profesionales – en donde se los bajó Brasil por penales.

Después de los Olímpicos venía el reto más jodido: pelear por el único cupo que le quedaba a la Concacaf para ir a México ´86 (el otro ya era de México como país sede). Si de por sí era una tarea complicada, a los canadienses se les enredó más por el hecho que, para cuando comenzaron las Eliminatorias en abril de 1985, casi ninguno de sus jugadores tenía ritmo de competencia de alto nivel. Lo que ocurría es que, como dijimos, la mayoría de sus jugadores hacía parte de los clubes de la NASL, pero esta no se jugaba desde la final en Octubre de 1984 y aún no había reiniciado. El remate fue que un mes antes del debut canadiense, la organización del campeonato anunció que no se iba a jugar la liga ese año por no haber suficientes equipos (finalmente nunca más se volvería a disputar). Para no perder tanto ritmo/sobrevivir los principales referentes de los canadienses estaban jugando o en clubes aficionados o, en su mayoría, en los de la Major Indoor Soccer: la liga gringa de Fútbol 5 que incluso tenía, por esos días, más o tanta popularidad que el fútbol de verdá-verdá en Estados Unidos. Recapitulando: la selección canadiense que afrontó las eliminatorias a México 1986 estaba conformada en su mayoría por jugadores de Fútbol 5… ¡chúpate esa! Una desventaja la hp, que hoy no te perdona ni un equipo dirigido por Javier Álvarez.

Ya es el momento de mencionar algunos de los referentes de esa selección canadiense, varios de ellos parte del Olimpo futbolístico canuck:

  • Martino  “Tino” Lettieri, arquero nacido en 1957 en Bari (Italia) pero criado en Canadá. Titular y habitué en varios equipos de la vieja NASL como los Minessota Kicks, Vancouver Whitecaps, Minnesota Strikers y Hamilton Steelers, se hizo famoso por atajar con un loro de peluche (!!!) en la red o a menudo en su espalda durante los partidos, dizque para darse suerte. Se retiró en 1987, luego de lo cual su loro de peluche lo hizo también. Si quieren ir a visitarlo y de paso preguntar por el loro, pueden ir a su cafetería en Shorewood, Minessotta.
Tino Lettieri and his stupid dumb silly parrot
  • Randy Samuel fue un recio defensa oriundo de Trinidad y Tobago, también emigrante de niño al país de Rush. Tuvo una respetable carrera no solo en su país sino en clubes de primera y segunda división de Holanda, Inglaterra y Noruega… bueno, respetable para un canadiense, no sean mala gente. De hecho estuvo en el PSV Eindhoven pero jugó solo cinco partidos antes de ser eyectado al Volendam, en donde sí logró afianzarse en la titular. Toda una institución en la selección canadiense, jugó 82 veces como internacional entre 1983 y 1997.
  • Bruce Wilson es quizás el más histórico del fútbol del país de Rachel McAdams. Poco dúctil pero firme y rocoso defensa central, se hizo respetar no solo en su país sino en el subcontinente nortecentroamericano. Tanto que es considerado como uno de los mejores jugadores de la Concacaf de todos los tiempos.
  • Branko Šegota nació en lo que hoy es Croacia pero emigró con su familia a Toronto cuando niño (otro más y van…). Se destacó desde muy joven como delantero eficiente y goleador en varios clubes de Indoor Soccer.
  • George Pakos era un mediocampista de orígen polaco nacido en la ciudad canadiense de Victoria, cuya carrera deportiva se desarrolló solamente en clubes aficionados (!) de su ciudad mientras trabajaba de tiempo completo en la municipalidad. En serio. Como jugador era bastante half-egg, y de hecho tuvo su primera convocatoria a una selección nacional a sus 31 años, pero Pakos tuvo la ¿suerte? ¿capacidad? de anotar un par de goles fundamentales en la historia del fútbol canadiense, sin los cuales probablemente no estaríamos haciendo este texto. Ya veremos cuáles.
Este señor de pinta creepy and perv es el legendario Bruce Wilson

A estos se les unieron para afrontar la competición otros jugadores nativos y varios oriundos de Checoslovaquia, Yugoslavia, Inglaterra, Irlanda, Escocia y Alemania, todos muy afiebrados y comprometidos, pero con ese pequeño issue de no jugar hacía tiempo en fútbol de verdad, se veía la cosa maluca.

Closer to the heart

Los canadienses habían pasado la fase preliminar sin jugar por deserción de su rival, Jamaica. Así que su debut en las Eliminatorias a México 1986 – el Campeonato de Naciones de la Concacaf sirvió para tal fin – fue recién en abril de 1985 contra Haití en Vancouver, con los que compartían grupo además de con Guatemala. Canadá terminaría ganando sin problemas su serie y con esto pasaron a la fase final por el único cupo al Mundial, que iba a consistir en un triangular junto con Costa Rica y los ultramegafavoritos Honduras, aún armada con su legión histórica de España 82 casi intacta con Gilberto Yearwood, “Primitivo” Maradiaga, Julio César Arzú, Porfirio Betancourt, Anthony Costly, etc. La primera fecha de la fase final en San José vio reafirmarse este favoritismo, con los hondureños sacándole el empate a Costa Rica.

Una semana después fue el debut canadiense en la fase final, contra una necesitada Costa Rica en el Varsity Stadium de Toronto el 17 de agosto de 1985. Les fue regular, porque comenzaron perdiendo con un fierrazo desde la media luna del delantero tico Johnny Williams a los 12 minutos, y empataron a los 58´con cabezado del nacido en Gales Paul James. El marcador no se movió más, y con eso se hacía crucial el siguiente partido en Tegucigalpa una semana después – en esa época las Eliminatorias se jugaban sin asco, de una y sin pausas -, porque si los canadienses perdían se les ponía todo patas arriba para clasificar.

Ese 25 de agosto de 1985 en Tegucigalpa se dio el primer batacazo de la bisoña historia del fútbol canadiense. El partido fue denso y parejo en acciones en un lleno hasta los cogotes estadio Tiburcio Carías Andino (cipote de nombre), con los locales llevando la iniciativa pero sin hacer sufrir demasiado a los de rojo. Hasta que al minuto 60 el volante canadiense Randy Ragan roba un balón en el campo hondureño, se la pasa al recién ingresado George Pakos y este, entrando a la medialuna, saca un remate no violento pero bien venenoso que no pudo atajar el gran Julio César Arzú (ver a partir de los 00:49 del video de abajo, a menos que quiera escuchar al «Goal´s singer» y al «Teach» canadienses). Los hondureños se fueron encima en busca del empate en medio de los crecientes nervios propios y del público, pero los canadienses aguantaron firmes hasta el final. Tremenda victoria 1-0 y los canadienses se montaban solitos arriba en la tabla, y mejor aún, dependiendo de ellos mismos. El héroe del partido fue el veterano George Pakos, que, cosajj de Diojjj, había sido descartado de la lista de 22 por el DT Tony Waiters, pero por lesión de un compañero le tocó venir de urgencia a cubrir la plaza, y bueno, encontró la gloria a sus 33 años.

Una semana después los compatriotas de Carrie-Anne Moss le sacaron un empate sin goles a Costa Rica en San José y completaron la faena afuera: 3 puntos de 4 posibles. Honduras hizo lo suyo al ganarle a Costa Rica de local (si empataban se clasificaba Canadá faltando una fecha) y con eso el cupo al Mundial se iba a decidir en St John´s el 14 de septiembre de 1985. Momento, cómo así que St John´s… ¿jugaron en una cafetería? Nones: por alguna decisión que no acertamos a comprender (ejem) los canadienses decidieron para el partido decisivo hacer ir a los hondureños a la lejana capital de Terranova y Labrador (Newfoundland and Labrador), la ciudad más al Este de Norteamérica, en pleno Atlántico Norte. Aunque algo de bilardismo tuvo que haber en mandar a los hondureños a jugar en culo de frío, en honor a la verdad tampoco fue que se sacaron de un tamal la escogencia de la ciudad: en Terranova el fútbol es más popular que en el resto del país, y la sede del encuentro final, el pequeño estadio King George V Park, es el más antiguo de fútbol en Norteamérica.

Aquí en pleno Atlántico Norte, en ese puntico rojo que está señalando la flecha, Canadá hizo venir a los hondureños a jugar su partido clave de las Eliminatorias a 1986. Qué manes tan vivos…

A los hondureños en algo les tuvo que afectar el clima (hay meses más fríos que septiembre en St John´s, pero era el suficiente para hacerlos usar guantes y pantalones); y no solo a sus jugadores sino a sus hinchas: un grupo de aficionados catrachos se pegó el viaje para verse el partido, pero se confundió de ciudad (!) y en vez de ir a St John´s (Terranova) terminó en Saint John (New Brunswick), apenitas a 1050 Kms de distancia. Mandan huevo… pero hasta mejor para ellos porque se perdieron la fiesta canadiense, que le ganó 2-1 a una aterida Honduras. Otra vez George Pakos se ganó el chance al anotar el primero, empataron los hondureños comenzando el ST, y a los 61´ el checoslovaco de nacimiento Igor Vrablic, uno de los pocos del equipo que jugaba en clubes europeos, metió el 2-1 definitivo. Canadá clasificó sin problemas por primera vez a un Mundial y se desató la fiesta en el país. Bueno, no, pero sí celebraron como locos the ten crazy cats que siguen el fútbol allá. En los desmanes por la celebración hubo que lamentar la muerte de dos señales de tránsito, lesiones graves a tres jardines por meada con agravantes, y la amonestación de un joven por lanzarle piropos a una camarera local.

The Trees

El sorteo del mundial se portó como una bitch y encajó a los coterráneos de Ricky, Julian y Bubbles en un grupo jodidísimo, lleno de europeos sedientos de sangre: Francia, Unión Soviética y Hungría. Así que para ponerse más o menos a nivel competitivo – más bien para disminuir las diferencias con los grandes – el DT Waiters les sacó hasta la leche que se tomaron con el bizcocho de la primera comunión, por medio de un intenso trabajo físico y aclimatación a la altura en las montañas de Colorado. Años después declaró el propio DT que “no eramos ni por el putas [N.del A.: traducción libre] el mejor equipo del Mundial, pero sí diría que eramos el de mejor estado físico”. Si fue así, fue algo remarcable poner a punto a un rejuntado variopinto de jugadores sin equipo profesional, otros que aún estaban jugando en la Major Indoor Soccer y alguno semi retirado.

El debut canadiense en fase final de mundiales fue un 1.º de Junio de 1986, en el Nou Camp (así se llama) de León contra la ultrafavorita y vigente campeona europea Francia. Todo pintaba para una brutal masacre, así que el DT Waiters plantó a los suyos en una cerradísima formación defensiva que haría fruncir de disgusto a Pedro Sarmiento. La táctica tan conservadora al principio azaró a los jugadores norteamericanos, pero que al final demostró era lo más lógico que podían hacer ante un rival con tipos como Luis Fernández, Jean Tigana, Alain Giresse, Michel Platini, Jean-Pierre Papin o Dominique Rocheteau. Y por poquito les resulta: entre una marcación agresiva y afiebrada, un exceso de confianza de los franceses, (tanto que casi los vacunan los norteamericanos al principio) y una tarde HORRIBLE de su goleador Jean-Pierre Papin, se combinó para que al final todo quedara en un tibio 1-0. Derrota pero honor intacto.

El siguiente partido fue por la clasificación en Irapuato contra Hungría. Era duelo entre perdedores de primera fecha del grupo, ya que los húngaros habían sufrido una rectificada de asterisco por parte de la Unión Soviética peor que la de 1956: un brutal 6-0. El hecho de ser los perdedores de la primera fecha, del bajo perfil de ambos –  uno de ellos europeo de segundo orden recién goleado, y el otro un norteamericano que ni salía en las noticias del mundo -, que el encuentro fue a las 12 del día, con un sol brutal como el que hace en México según el cine gringo y que a esa misma hora jugaba Brasil en Guadalajara, conspiró para que al final no fuera ni La Llorona al estadio. Hungría golpeó desde los 2´ – ¿exceso de confianza de los canadienses? – y se dedicó a esperar y ver cómo los ineptos e inofensivos delanteros de Canadá llegaban esforzadamente y entregaban el balón a su arquero. Faltando 15 minutos Hungría puso el 2-0 y hasta ahí llegó el partido y las lejanísimas esperanzas de clasificar.

La despedida canadiense del mundial (hasta el sol de hoy) fue tres días después contra los ya casi clasificados soviéticos, pero esta vez aguantaron un tiempo entero y quince minutos del otro hasta que el legendario Oleg Blokhin los clavó. Como contra Francia, el recital de goles perdidos salvó a los gringos no violentos de una culeada monumental. Creo que el jugar todos los partidos a mediodía no ayudó a que la puntería de los delanteros estuviera fina…

Y eso fue todo para los canadienses. Al final terminaron el campeonato sin goles a favor y con cinco en contra, que aunque los ubicaron en el último lugar del torneo, la sensación general que dejaron no fue vergonzosa ni por ahí. Pero este fue su pico a nivel de torneos grandes; no les ayudó el no tener renovación de la generación que los llevó a su primer Mundial. Para Italia 90 cayeron sorpresivamente en primera ronda de eliminatorias contra Guatemala (hay que estar muy jodido para perder con Guatemala) por gol de visitante, y desde ahí nada más se ha visto de ellos.

Lo único que queda por añadir a esta historia es que si buscan en youtube podrán encontrar una ehh… canción que, para recaudar fondos para el viaje al mundial, sacó una banda de Edmonton llamada dizque Sons of Andrew. El tema se llama “Oh Canada We’ll Proudly Play for You”, y consiste en una especia de polka dulzona, ochentera y melcochuda, que no sé qué sensación generaría en su momento por allá pero hoy produce ganas de bañarse y quitarse la suciedad. Píllala abajo y verás que no te miento, muchos sons of a bitches…

7 pensamientos sobre “Cinderella men: la solitaria y random participación de Canadá en el Mundial 1986

  1. Excelente Post Master, fue la primera selección a la que le hice fuerza por «simpática» en ese Mundial. El apunte de los desastres causados por los «barras bravas» canadienses es un cague de risa.

  2. Postazo, como siempre. Fina la referencia a Trailer Park Boys.
    País curioso ese de Canadá, no perdieron hasta la luz de hoy la costumbre de nutrirse con inmigrantes (véase Alphonso Davies). ¿Había algún canadiense remarcable de los que nos ganaron la Copa de Oro?
    Ese gol en Tegucigalpa se me hizo medio huevero, pero los perdono porque fue producto de meter bastante presión a la defensa. Y muy hp ese aguante contra los franchutes.
    PD: La cancioncita me la suda, pero mejor eso que poner a Celine Dion en la tarea. Ahí si es que se pega uno el tiro fresco.

    1. Gracias pana. Total, siempre han sido país de inmigrantes y eso se ha visto en el fútbol (algo parecido pasó con Australia, aunque en este caso hay mucha mayor afición y presencia local). En este equipo del 86 se amplió esto por el tema de la NASL y los extranjeros que jugaban allí (Igor Vrablic, Branko Segota).
      De la de la Copa de Oro 2000 solo reconozco a Paul Stalteri, y eso por el FIFA 2000…

  3. rectificada de asterisco ni q hps, jajajajaja. Excelente post master me rei mucho y luego me emputé al acordarme de dos detalles de mierda: 1. El tino botando ese penalty de la forma mas agraria posible en esa final contra canadá y 2. Durante todo el puto partido en cuestión los relatores no paraban de recordarle al respetable que la gestión hecha para que pudieramos ver ese bodrio/partido fue de la presidencia de la republica (gracias Andy) y no de la tv colombiana. Serio lo repitieron como 10 veces

  4. gran crónica, casi lloro antes las catastróficas consecuencias acaecidas de la salvaje celebración por la clasificación al mundial. Sólo faltó que algún hooligan haya proferido improperios hacia alguna insulsa estatua de su majestad y gobernadora general doña Elizabeth II

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