La azarosa pero sabrosa historia de la Primera B en Colombia (aka "Copa Concasa") / Vol I: El primer torneo en 1991
Cuando uno habla de «los equipos históricos de Colombia» se le vienen a la mente los mismos catorce que, (con modificaciones) conformaron la primera división nuestra en la mayoría de los torneos pre-noventas. Ahora, lo del G-14 (?) viene sobre todo por el pequeño detalle que apenas el sistema de ascensos y descensos se vino a implementar en 1991 (!!!!!!!!!). Re pi to: en 1991. Dicho de otra manera: tuvimos 43 años en los que nuestro campeonato solo se renovaba cuando un club quebraba o cuando la Dimayor hacía alguna modificación a la bartola. Y al recordar esto en mis otoñales pensamientos (?) es que quisiera hacer un recuento histórico del torneo de la Primera B en Colombia, desde el primero en 1991 hasta donde nos de el corazón. Arrancando desde el primero (normalmente se acostumbra iniciar con el principio, digo) en 1991, que será tratado con las debidas ganas en este post.
Cómo inició este sueño rústico y hermoso de la B

Así fue que la Dimayor anunció en 1990 la creación de ese nuevo bebé no deseado por algunos («por algunos» = «por los presidentes de los clubes que olían a formol») a comenzar el siguiente año. Enseguida llovieron solicitudes de inscripción de todos los colores: desde clubes serios con un largo trajín de años en el fútbol aficionado hasta impulsos desvariados de algún traqueto futbolero. En el medio se ubicaron esfuerzos serios y no tanto de gobernaciones y alcaldías preocupadas por meterle entretenimiento a las grises existencias de sus pueblos muertos (?). Según registran los diarios de la época, a la fecha del cierre de inscripciones (30 de Noviembre) hubo solicitudes de veintitrés equipos de ciudades exóticas para el fútbol como Riosucio, Barrancabermeja o Buenaventura, los cuales debían cumplir una serie de requisitos para poder hacer parte de la gran fiesta de la Primera B (fiesta de barrio, pero ajá, fiesta al fin). Entre otros puntos, la Dimayor le exigía a los clubes un presupuesto de 150 millones de pesos (!) que en su momento fue calificado como «astronómico«. Vea usté, con esto se le paga una semana hoy a Giovanni Hernández… el asunto es que la idea por primera vez sí se concretó, lo que para uno fue una vaina revolucionaria que ni te digo. Que de pronto te dijeran “el equipo que quede de último no juega más en la A”, o que se contemple la posibilidad de ver a Millonarios o América jugar en Barrancabermeja o Villavicencio (al final América sí jugó años después en esas ciudades, pero en una división diferente a la que uno se imaginaba (?))… era, ¡¡¡marica, qué saborrrr!!!
Los gloriosos pioneros
Finalmente fueron diez los equipos seleccionados para el primer torneo de la B – que por razones de patrocinio se iba a llamar oficialmente y por muchos años Copa Concasa – en los que había equipos establecidos de años en fútbol aficionado junto con clubes cuya acta de fundación aún olía a tinta de máquina de escribir y papel carbón. Algunos de ellos confiaron en la nómina que tenían y/o en promesas locales, pero de resto casi todos corrieron contra el tiempo para armar sus planteles con jugadores con experiencia en la A logrando un mix (?) [aficionados + veteranos de primera con poco mercado en los equipos de la A]. Veamos cuales fueron esos clubes que tienen el honor de ser los pioneros del fútbol de la B para interés y morbo (?) de la afición:
- Alianza Llanos (Villavicencio). La primera y por años única referencia de fútbol profesional de la región llanera, jugaba con camiseta a rayas blancas y negras y pantaloneta blanca. Por nómina la Juventus de los Llanos Orientales (?) se perfiló como candidato al ascenso bajo la dirección del joven técnico José Luis Forero (si alguien nos lo referencia le agradecemos): su plantel incluía jugadores con experiencia en la A como el portero Asdrúbal «La Araña» (!!!) Martínez o los defensas Freddy Bogotá y Stewart Lasso, además del volante Omar Coy (uno de los pocos oriundos de Villavicencio en el equipo y futuro refuerzo de varios equipos de la A y la B), y el que fue goleador del torneo, el delantero Mayib (!!!) Arias o el colombobrasileño Analdo Da Silva. Que por como le fue, nos imaginamos que jugó gracias al pasaporte. Después de años de ser eterno aspirante al ascenso el club desapareció, para retornar (al menos en nombre) por allá por 2007 en las categorías de fútbol aficionado del departamento del Meta.

- Academia Bogotana (Bogotá). Vea usté, en Argentina hablan de “la Academia”, acá también la tuvimos. Y también es parte del pasado (?). El club bogotano participó en torneos de la B con muy poco éxito e igual convocatoria entre la hinchada bogotana, para desaparecer en 1995 por bajos resultados deportivos, financieros y total falta de onda. Jugó en el popular estadio del Olaya. Su primer técnico fue el en ese entonces desconocido Arturo Boyacá.
- Deportivo Armenia. Este equipo era de alguna manera hermano menor del querible Deportes Quindío, pero su existencia fue mucho más accidentada que la del clásico equipo de la ciudad (tremenda esa: ser más sufrido que el Quindío). Ahora, si el Quindío nunca se distinguió por el apoyo masivo de su hinchada, ¡ahora imagínate al Deportivo Armenia! ¡Y en la B! ¡Y en su primer año! Su primer técnico durante su efímera aventura (?) en el fútbol profesional fue Adolfo “El Rifle” Andrade. Una duda para la posteridad: si hubiera tenido éxito el equipo, ¿las barras bravas del Armenia se hubieran hecho amigas de las del Deportivo Armenio? Para pensar (?). Un par de años después desapareció.

- Atlético Buenaventura. Con tanta gloria que le ha dado el puerto valluno al fútbol colombiano uno pensaría que iban a llenar de magia y goles la Primera B. Pero no: parece que los jugadores calidosos emigraban a Cali y Bogotá… no tenemos muchas reseñas del efímero paso del club por la Primera B, pero si no estamos mal jugaban con camiseta verde y pantaloneta amarilla (…). Su técnico fue un conocido de los clubes de primera setentosos y ochentosos: Oscar «Severiano» Ramos. Tampoco sobrevivió a las malas campañas/administraciones/contrataciones y desapareció al tiempo.
- El Cóndor (Bogotá). De todos era el que más pintaba para ascender, pero nunca pudo con la pesada carga de ser EL candidato. Antes del 91 era un tradicional participante del famoso Torneo del Olaya bogotano, por lo que su llegada al primer torneo de la B se caía de madura. Ahora: mal, lo que se dice mal, no le fue; pero su primera participación fue una decepción para los tres hinchas que lo seguían (?) y para la prensa bogotana ávida de hablar maravillas de esa gran cantera que dicen que es el fútbol capitalino (será cantera por lo estéril…). El equipo carroñero (?) vestía todo de verde oscuro y jugaba sus partidos en El Campincito. Estaba patrocinado por los Laboratorios Biogen, que lanzaron una masiva campaña para conseguir accionistas (si alguno de ustedes encuentra en el chifonier (?) del papá unas acciones de Cóndor – Biogen, véndanlas cuanto antes, no sea que pierdan valor…). El técnico con el que debutó no fue otro que el mítico y monumental – je – Alonso “El Cachaco” Rodríguez, bombero voluntario del Santa Fe como ocasional técnico del Santa Fe por esos años. Después de años seguidos sin lograr pegar en Bogotá el club se mudó a Girardot iniciando un periplo que finalizó seguro en alguno de los clubes que hoy están en la A o la B. ¿Los conocidos en la nómina que jugó en la primera Copa Concasa? El arquero ex-Mishos Eddy Villarraga, el ex-DIM Jorge Raigoza, Federico Valencia y el defensor Cástulo Boiga (!). Ah, y un brasileño, un tal Jailson Da Silva. Su figura terminó siendo un delantero veterano del Olaya llamado Arquímedes Marinés (!!).
- Deportes Dinastía (Riosucio). La información que teníamos – de oriundos de ese municipio, ojo, no estamos vendiendo humo – es que el club pertenecía a un, eh, próspero empresario local (intercambio de miradas cómplices, carraspeos) fanático del culebrón televisivo yanqui “Dinastía”. Y que era tan fanático que todo lo que tenía – hoteles, restaurantes, fincas, avionetas (?) – lo bautizaba con el nombre de la serie. Así fue tal cual con el equipo de fútbol, el único caldense que se ha visto en el fútbol profesional aparte del Once – al menos hasta donde sabemos – y que en el primer año de vida disputó hasta el final por un cupo al cuadrangular final. El técnico era otro histórico (del verbo “habitual”) del fútbol colombiano: Heberto Carrillo. Después de una horripilante temporada al año siguiente, desapareció.
- Envigado F.C. Por cosas del crecimiento demográfico el municipio antioqueño de Envigado se volvió casi como un inmenso barrio de Medellín, en el que uno solo se da cuenta que entra cuando nota que en los semáforos el amarillo aparece también antes de la luz verde. La cercanía de ambas ciudades ocasionó no solo que los medellinenses vayan los sábados a farrear allá con dedicación sino que el fútbol en la ciudad históricamente esté totalmente teñido de rojo y de verde. A pesar de eso, en 1989 se fundó el Envigado F.C., que tomó para su uniforme los cacofónicos (?) colores de la bandera de la ciudad y que desde sus inicios hizo del Parque Estadio Polideportivo Sur su sede. Para la prensa antioqueña era, en 1991, un candidato al ascenso por la labor seria y metódica de inferiores dirigida por un señor llamado Hugo Castaño, viejo técnico del fútbol aficionado. Ya veremos más tarde cómo le fue.

- Atlético Huila (Neiva). A diferencia de varios de los anteriores, el Huila fue uno de los clubes que aparecieron mágicamente con la creación de la Primera B (el club se fundó en noviembre de 1990). Pero al contrario de ellos, los opitas sí perduraron en el tiempo y aparte, generaron hinchada. El club se formó con el apoyo de la alcaldía de Neiva y la Gobernación del departamento, que entre ambos aportaron la estrambótica suma de 80 millones de pesos (!!!) para que el club tuviera vida en su primer año. Debutó en el profesionalismo de la B bajo la dirección de Víctor Quiñonez y de una encajonados en el venerable Guillermo Plazas Alcid. Y bueno, como sabemos, aún sigue dando lora.
- Deportivo Rionegro. Un histórico de las categorías de fútbol aficionado en Antioquia. Este club fundado en 1957 (!!!) y que jugaba todo de rojo aprovechó la oportunidá y se enroló en la Primera B desde el primer torneo. Acarició el ascenso en varias ocasiones, pero pecheó siempre. Hoy sigue existiendo pero se mudó al municipio de Bello cambiándose de nombre a Leones (el apodo desde sus inicios). Su técnico en este torneo comenzó siendo Orlando «El hermano del Piscis» Restrepo.

- Club Deportivo Tuluá. Aún no se llamaba Cortuluá. Fue otro de los que sobrevivió e hizo más o menos afición a pesar de la carga que supone la cercana influencia del Cali y del América. Aparte tiene el mérito de haber aguantado una horrible campaña en su primer año (terminó de último) y no desaparecer, finalmente ascendió en 1993 y mal no le fue: ha sido hasta la fecha el único club del primer torneo de la B que jugó Libertadores. Su sede desde siempre fue el estadio 12 de Octubre.
1991, el primer torneo. Campeón y único ascendido: Envigado F.C.

Así que el cuadrangular final lo conformaron Envigado/Arcolores (casi todos los clubes tenían al patrocinador como apellido), El Cóndor /Biogen, Alianza Llanos/Lotería del Meta y Atlético Huila /Doble Anís. Y en esta fase se destapó el naranja ganando cuatro partidos (todos por 1-0 a Huila, dos veces a Alianza, y a El Cóndor), empatando uno (1-1 con El Cóndor) y perdiendo otro (contra Huila también por 1-0). Quedaron campeones en la penúltima fecha en un Polideportivo Sur abarrotado de señores entusiastas, emotivas amas de casa y desocupados varios (?) con la victoria 1-0 a Alianza Llanos, con gol de su delantero Jorge Iván «El Torky» (!!) Hoyos. A pesar de los ayudines (?) el equipo que logró el histórico ascenso tenía varios jugadores que después trascendieron a nivel nacional o local: Hugo Tuberquia, Pacho Cassiani (recordado por los hinchas de Rosario Central… no diremos si el recuerdo fue grato), Guillermo «El Teacher», Berrío, John Jaime «La Flecha» Gómez, Edgar «El Pánzer» Carvajal (que en esa época jugaba de centrodelantero. En serio). Pero por ejemplo «El Teacher» y «La Flecha» eran más que todo suplentes, los pilares del equipo eran Tuberquia, Cassiani, los esforzados John Jairo «Matías» Mejía y Samuel Cárdenas (históricos del club) y dos delanteros que hicieron goles clave y después se perdieron en la intrascendencia: «El Torky» Hoyos (hermano de Carlos Mario) y Alejandro «El Saltarín» (!!!!!!!!) García. Del origen del apodo del primero no me pregunten, del segundo sí lo sé porque lo sufrimos tuvimos como jugador en el DIM: era conocido por su virtud como cabeceador a pesar de su metro cuarenta de estatura.
Muy bacano y todo lo de Envigado, pero para el año siguiente los dueños o sacaron por la puerta de atrás o relegaron a la suplencia virtual a casi todos (técnico y jugadores) los que ascendieron para traer a medio mundo: Julio César Uribe, Rubén Darío Hernández, Alberto Gamero, Wilman Conde, J.J. Galeano, «Pacho» Castell y varios más comandados por ese honesto trabajador del fútbol llamado Luis Augusto «El $hiqui» García.
Y eso fue todo. Ah, no: me dice la producción que hay unos datos más….
- El goleador del campeonato fue un señor llamado Arquímedes Marinés (El Cóndor) con 8 goles (en 24 partidos, o-cho-go-les…), seguido de Mayib Arias (Alianza) y «El Torky» Hoyos con 7; Alvaro Abaúnza (El Cóndor) con 6; y Fabio «El Policía» Hurtado (Rionegro) y Héctor Pérez (Armenia) con 5.
- El equipo más goleador fue El Cóndor con 26 tantos. El menos goleador fue el Deportivo Armenia con 9 goles (uno cada dos partidos… horrible). La mejor defensa fue la del Deportes Dinastía, con 11 goles recibidos, mientras que el premio «Selección Camerún 2014» se lo llevó otra vez el Armenia, con 23 goles recibidos.
- Este torneo vio debutar al futuro modelo de «Artridene Gel» (?): Oscar Julián Ruiz se metió su primer pito a la boca de manera profesional en un Cóndor – Envigado en El Campincito,,,
La primera fecha del primer torneo de segunda división de la historia del fútbol colombiano, empezó con un partido aplazado. Por el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo.
Me imagino que les quedó grande manejar la demanda de boletas para el Armenia – Academia Bogotana (?)
Creo que YSEC se equivoca al decir que el dinastia es el unico equipo caldense profesional ademas del once caldas,vale recordar al deportes caldas, que jugó en primera division por allá entre 1948 hasta desaparecer en 1954 (no estoy seguro si desapareció ese año) y quedó campeón de la liga en 1950
Gracias, Wilbert. Pero entiendo que es el mismo Once Caldas? Porque de hecho antes de sus títulos post Profe Montoya, al Once se lo mostraba con una estrella.
Es este el equipo de Chicho Y Marinillo Serna?
No lo tenia al hermano del Chico, hubiese venido con el chico este a Boquita. Pero lo mataron con el nombre a Marinillo, lo hubieran puesto por lo menos Marino, Mariano, Marin. Es un comentario de buena onda.
No es el mismo, solamente que los del caldas son vivos y pusieron a ese equipo como si fuera una version añeja del once, de hecho, los historiadores señalan el titulo del deportes caldas separado con el once caldas
Ambos equipos jugaron el torneo del 50, por lo cual en aras de la honestidá(?) del fútbol colombiano esa estrella no es del actual Once Caldas, Varta o Phillips.