La noche que murió Jock Stein: el dramático Escocia vs Gales de las Eliminatorias a 1986 (Parte 1)

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De izq a der Bett, Hughes, McLeish, Nicol, Phillips, Aitken, Speedie (a lo lejos) yendo al maul

Una historia poco conocida por estos lugares abandonados por la buenaventura, es la del dramático partido definitorio entre Escocia y Gales por la clasificación al Mundial de 1986, encuentro entre dos viejísimos rivales que no solo significó la clasificación de uno y la eliminación de otro, sino que  terminó con el fallecimiento de uno de los más grandes y legendarios DT del fútbol británico de todos los tiempos. Pasa adelante y siéntate, que te lo vamos a contar.

La vieja, querible y cagona Escocia

The Tartan Army. Esto sí es fiesta, no joda

De pronto te sorprenderá saber que la misma selección de fútbol de Escocia que ves desde hace años sin pelear ni siquiera the Olaya South Friendship Tournament, y de la que de vainas distingues hoy a Andrew Robertson y a dos o tres más de la Premier, en los 70 y 80 tenían una de las mejores nóminas de Europa. Por esos años a los escoceses les sobraban jugadores fogueados y habituales en el durísimo fútbol inglés, algunos de ellos eran la base de clubes campeones de Europa, e incluso un par eran jugadores de clase mundial. Como equipo sabían a lo que jugaban: tenían un estilo de choque – pelotazo – bombazo/ollazo – pivoteo – rebote que todos los rivales conocían, que si quieres puedes decir que era terriblemente rústico, pero que al final era bastante efectivo. Y para rematar, eran seguidos por una de las mejores hinchadas del universo, la Tartan Army, compuesta por miles de hinchas que los seguían por toda Europa, y los alentaban todo el puto partido borrachos hasta los jarretes pero portándose relativamente bien (los hinchas escoceses = el tío de uno que cuando se emborracha es todo cheverón; los hinchas ingleses = los tíos que al emborracharse se ponen a pelear con el dueño de la casa).

Por eso no extrañaba que Escocia se clasificase relativamente sin problemas a todos los Mundiales que hubo de 1974 a 1990. Ah, pero el tema es que cuando llegaban al segundo torneo más hermoso del universo – el primero son las Eliminatorias, eso lo sabe todo el mundo – ahí se les dañaba el caminado: se churreteaban inesperadamente contra una selección menor, se les iban las luces en el partido crucial, se acordaban de jugar como equipo de categoría cuando ya qué hps o cuando dependían de otros resultados, y terminaban quedando fuera por diferencia de gol (uno que no le hacían a cualquier Zaire o Irán). Todo muy it’s shite being Scottish, y al final surge la duda si Escocia es el DIM europeo a nivel de selecciones… I don´t know, Ernest, I don´t know…

Dos leyendas de Escocia y Liverpool: Kenny Dalglish y Graeme Souness

La gran figura del fútbol escocés de la segunda mitad de los 70 y primeros 80 era el gran Kenny Dalglish, figurón y líder en Liverpool, un delantero/media punta con una visión tremenda y consistente capacidad goleadora que aún hoy en día es venerado ciegamente por la afición red. Dos paisanos suyos eran también figuras de ese Liverpool que ganó cuatro títulos europeos (tres con ellos): el rocoso Graeme Souness, uno de los mejores volantes defensivos de Europa en sus años, y el central Alan Hansen. Por esas dos décadas Escocia lució nombres como Bill Bremner, Jimmy Johnstone, Denis Law, Archie Gemmill en los primeros 70, y después Steve Archibald, Gordon Strachan, Gordon McQueen, Joe Jordan, y un larguisimo etc, algunos de ellos parte de la historia del fútbol británico de todos los tiempos.

Los escoceses celebrando algo que los hace más felices que ganar un Mundial o incluso ser independientes: una victoria sobre los ingleses. Esto fue en 1985, y se distingue arriba de izq a der a Alan Rough, Richard Gough, Alex McLeish, Roy Aitken, Jim Leighton, Maurice Malpas, David Speedie, Steve Archibald, Willie Miller y Mo Johnston. Abajo Jim Bett, Graeme Souness, Murdo McLeod y Gordon Strachan

Para las Eliminatorias al Mundial de México 1986 ya el equipo estaba comenzando el proceso de renovación de las grandes figuras que dominaron el fútbol europeo de la época. Pero seguían siendo un equipo jodido, rocoso, difícil, cansón, de esos que te bombardea todo el hp partido, que sabes exactamente cómo juega y cómo jugarle pero que igual te hace sudar aceite de puesto de fritanga reutilizado en cada bombazo que le mandan al 9 para que lo pivotee. Casi que por manual de instrucciones, una selección de Escocia que se respetara se fundamentaba en una línea defensiva por la que no pasaba ni el aire liviano de un día de primavera, de esas que si la superabas tenías que pagar el precio de terminar escoriado y machacado en cada coyuntura. Este papel en la selección escocesa de mediados de los 80 lo cumplían los centrales Willie Miller y Alex McLeish, pilares ambos del Aberdeen que dominaba el fútbol escocés de la época, expeditos, tenaces y punitivos al momento del choque, digo, la marca al rival. Souness en el medio y Dalglish adelante seguían siendo habituales en la selección, ya con 30 pasados, y el equipo lo completaban los de Celtic, Rangers, Dundee y clubes ingleses.

Big Jock Stein y un joven Alex Ferguson antes de un partido en 1985

Del Aberdeen también venía el arquero Jim Leighton, que junto con otros dos compañeros de su selección – el extremo Gordon Strachan y el media punta Jim Bett – ganaron entre 1980 y 1985 tres ligas, tres copas y una Copa de Ganadores de Copa de Europa (la vieja Recopa), en la que vencieron a Real Madrid en 1983 – a propósito, con una nómina 100% escocesa… cosas que ya no se ven desde la ley Bosman – . ¿Quién era el DT de Aberdeen? Un entrenador joven venido de Saint Mirren, llamado Alex Ferguson, que para las Eliminatorias a México 86 fue nombrado Asistente Técnico de la selección.

El DT a cargo de los escoceses era una leyenda no solo del futbol escocés sino europeo: el gran Jock Stein, «Big Jock» para todo el mundo, era, más que respetado, venerado unánimemente por jugadores, medios y afición de su país. Stein fue el DT que llevó a Celtic a ganar la Copa de Europa de 1967 (el primer club de las islas británicas en lograrlo), lo montó en otra final en 1970 que perdió apretadito contra Feyenoord, y obtuvo además diez ligas, ocho copas y seis Copas de la Liga con The Celts. Stein agarró la selección en 1978 luego del fracaso de los suyos en el Mundial de Argentina y le fue más o menos: quedó fuera de la fase final de la Eurocopa 1980, clasificó al Mundial de España 1982 (donde quedaron fuera en primera ronda por Gol Diferencia, bloody classic) y de nuevo fracasaron para clasificar a la Euro 1984. Así que el no clasificar a Colomb… digo, México 1986 hubiese sido probablemente insostenible incluso para un entrenador del prestigio de Stein.

¿Y contra quién les tocaba pelear el cupo al Mundial de 1986? No la tenían imposible, pero sí era una competencia brava: compartían grupo con la siempre difícil España (en esos días aún lejos de ser LA España que clasifica a todo por default), el invitado pobre Islandia, y los rivales y conocidos de toda su vida, la jodida Gales. Las cuatro selecciones peleaban por un cupo y medio: el primero del grupo pasaba directo a México, el segundo se iba a un repechaje contra el ganador del grupo de Oceanía + Israel, lo que era en la práctica un cupo directo con un trámite en medio.

El Deportes ToliWales

Los galeses antes de enfrentar a Inglaterra en 1984. Arriba Robbie James, Jeff Hopkins, Neville Southall, Ian Rush, Joey Jones, Mark Hughes. Abajo: Gordon Davies, Kevin Ratcliffe, Mickey Thomas, Alan Davies, Dave Phillips

Si hablábamos que los escoceses se churreteaban en torneos importantes, qué se puede decir de los galeses que llevaban años cagándose en las patas antes siquiera de clasificar a uno. Para el Mundial de 1982 quedaron afuera tras finalizar empatados en puntos, pero con peor Gol Diferencia con Checoslovaquia en su grupo de Eliminatorias: se derrumbaron en las últimas tres fechas después de comenzar con 9 puntos sobre 10 posibles (dos puntos por victoria en esa época, acuérdate), lo que incluyó un inesperado empate contra Islandia en Wrexham. Para la Eurocopa de 1984 también se quedaron fuera de la manera más colombiana posible: pariendo piñas en la última fecha en partido ajeno, rogando para que Bulgaria le saque un empate a Yugoslavia en Belgrado para ellos poder clasificar… Y casi, casi, se les da, pero en el minuto 90 (!!!) un defensor llamado Ljubomir Radanovic metió el 3-2 final después de una jugada en la que los suyos se habían ido arriba por la heroica. Qué pereza estar quedándose siempre en la entrada de la fiesta, llave.

Aunque no tenían una nómina con figuras tan destacadas/conocidas como los escoceses, los galeses también tenían lo suyo a principios de los 80: casi todos sus jugadores pertenecían a clubes de las ligas inglesas. Pero destacaban particularmente tres: el portero Neville Southall, uno de los mejores del fútbol inglés de los 80, y sobre todo dos de primerísimo nivel arriba: el letal Ian Rush, goleador del Liverpool campeón de todo en Europa (sí, compañero varios años de Dalglish, Souness y Hansen) y el talentoso Mark Hugues, mediapunta y delantero figura en Manchester United. En ellos confiaba Gales para romperle el culARCO DIGO a españoles, escoceses e islandeses y hacerse un lugar siquiera al repechaje. El DT de la selección galesa se llamaba Mike England (sí, así era el apellido), un ex jugador de la selección que llevaba manejando el combinado rojo desde 1980 exhibiendo un palmarés de, como vimos, dos casi clasificaciones, y me imagino que ya estaba mamado de que le faltaran los bloody five tiny bloody pennies for the bloody pound.

Las Eliminatorias más cerradas del mundo (ya no)

Mark Hugues en el momento en que se mandó un golazo ante España que abajo veremos…

Si los galeses estaban mamados de sufrir hasta el final, parecía que comenzaban con ganas de quedar eliminados de todo de una vez para no andar ilusionando a nadie; porque en el debut del grupo de Eliminatorias, el 12 de septiembre de 1984, perdieron inesperadamente en Reykyavik 1-0, algo que no estaba en las cuentas ni del más amargo hincha del Dragón. Y como en la segunda fecha del grupo, el 17 de octubre en Sevilla, España los machacó con un 3-0, ya parecía que el grupo se iba a reducir por ver si era España o Escocia el que agarraba el cupo directo. Es que imagínate perder tus dos primeros partidos de solo seis que te tocaban, uno de ellos con el rival al que los demás casi seguro que le iban a ganar… mientras, el mismo día del partido en Sevilla, Escocia le zampaba un 3-0 a Islandia en Glasgow.

El 14 de noviembre se jugó la tercera fecha del grupo, en simultáneo: Gales lograba sus primeros dos puntos ganándole en Cardiff con muchísima hambre a Islandia, 2-1. Y en Glasgow, los locales dieron un golpe de autoridad contra España – dirigida por otra leyenda del fútbol europeo de los 60, don Miguel Muñoz – en un partido cerradísimo, A los 33´ comenzó ganando Escocia con gol de Mo Johnston, tras un rebote que dejó Arconada vivito de un ramalazo de Paul McStay; a los 42´ el mismo Johnston pone el 2-0 parcial con un cabezazo que tomó un centro de Jim Bett tras una jugada que este mismo peleó y rebuscó por la derecha. España emparejó el partido en el ST, y descontó por medio de Goikotxea a los 65, y parecía que iba a empatar. Pero cuando el murmullo preocupado del respetable en Glasgow ya se sentía hasta en Londres, a los 71 el veterano Kenny Dalglish se fabrica una jugadota en el área que él mismo define, y coloca el 3-1 final. Acá los goles, y píllate el golazo de Dalglish.

Total que los escoceses iban con 2 PJ – 2 PG y con cara de casi que definir la mitad del tiquete si le lograban sacar un resultado bueno a España en Sevilla, el 27 de febrero de 1985. Pero ganó Eshpaña 1-0 con tanto de Clos y se emparejó todo arriba. Igual a los muchachos de Big Jock les quedaba la oportunidad de ponerle la cruz definitiva a sus rivales de más de un siglo: el 27 de marzo de 1985 se enfrentarían en Glasgow con la certeza que si ganaban, ya sacaban del todo de la pelea a los galeses. Y resultó que no: a los 37´ viene el quintillésimo centro galés al área escocesa, no atina a despejar Alex McLeish estorbado por Mark Hugues – McLeish insistió después que Hugues le había hecho falta -, y desde la media luna Ian Rush demuestra por qué era el goleador legendario que fue; agarra el rebote sin pararla para zampar un riendazo que se clavó en el arco de Jim Leighton. 1-0 que no se movió, y el grupo volvió a apretarse cuando Gales parecía little dead («muertecito» pues).

Y si se apretó con el triunfo galés en Glasgow, la cosa se pusa más densa entre galeses, escoceses y españoles cuando un mes después, el 30 de abril de 1985, Gales revivió al clavarle un durísimo 3-0 en Wrexham a una España que mostró una preocupante falta de ideas y nula reacción. Entre otras cosas, este sería el último partido con la selección española del legendario Luis Miguel Arconada, el símbolo de la Real Sociedad y puesto fijo en el arco de la selección por seis años, incluyendo el Mundial de 1982 y las Eurocopas 1980 y 1984, ya que una lesión grave que tuvo en agosto siguiente lo terminó de bajar del bus internacional. La despedida de Arconada defendiendo a su selección fue con una (otra) cagada: en el 1-0 él y el defensor Maceda se dejaron en «Visto» al buscar un balón totalmente inofensivo que, de hecho, lo había cabeceado hacia atrás un defensor propio. La pelota quedó suelta y solita, cerca estaba Ian Rush, que obviamente la agarró y metió el 1-0 casi que caminando.

El segundo fue de Mark Hughes y, como puedes ver abajo, fue un golazo el hp, de esos que uno se pregunta cómo putas es que no salen nunca en un resumen de los mejores goles de la historia: viene un centro bombeado de los galeses, un defensor español rechaza de cabeza al medio del área (!!) – ay mare mía la nochecita de los defensores de España jooo -, y Hugues empalma la pelota de una hermosa volea de esas que se ven en «Supercampeones«, para clavarla al ángulo del arco español. Golazo. Y el tercero, cuando moría el partido, otra vez Rush definiendo como el crack que era solo frente a Arconada. Pilla los goles abajo no solo para que los veas sino para que recuerdes que hasta hace un tiempo por estas tierras se hablaba no de Gales sino dizque de «País de Gales»… ¿cuántas semanas le faltan para la pensión?

Con este resultado el grupo de Eliminatorias quedaba así: 1) Gales con 6 puntos y +1 de GD (5 PJ), 2) Escocia con 4 puntos y +3 de GD (4 PJ), y 3) España también con 4 puntos y -1 GD (4 PJ), parcialmente eliminada de todo. Mira tú, el que olía a formol un par de fechas antes, a estas alturas  dependía de sí mismo para ir directo al Mundial… Así eran las Eliminatorias europeas antescerradísimas, brutales, despiadadas con las malas rachas. Con una brecha menos amplia entre los poderosos – de hecho casi que eran solo dos: Alemania e Italia – y una amplia y competitiva clase media-alta, generalmente veías a todos los equipos de un grupo sacándose puntos entre sí, haciéndose daño el uno al otro, estorbándose en el camino para clasificar, y casi nadie sacando el cupo por anticipado. ¿Era injusto con aquellos grandes jugadores que nunca o pocas veces pudieron lucirse en un Mundial? Tal vez. ¿Era más emocionante que esto de ahora con Bélgica, Alemania, Francia y hasta Dinamarca con un 98.655% de rendimiento y clasificando casi que por trámite dos fechas antes? Como un hp.

Pero me desvié del tema, perdón. El tema es que Escocia, que unos meses antes se veía con half mandioca within, ya no podía darse el lujo de cagarla en los dos partidos que le quedaban. Su quinto partido fue de visita en Islandia un mes después, el 28 de mayo, y ganaron con muchísima angustia: 1-0 con gol de Jim Bett a los 86´ y penal atajado por Jim Leighton en el PT (!), el cual les evitó por muy, muy poquito el llegar a la última fecha totalmente patas arriba. Porque España también ganó en Reykyavik en la siguiente jornada (un difícil 2-1, tampoco eran tan suaves los islandeses) con lo que se igualaron ellos, galeses y escoceses todos con 6 puntos, a falta del último partido del grupo para cada uno. Ahí ya entraba el criterio de Gol Diferencia para desempatar: el primero parcialmente era Escocia (+4 GD), segundo Gales (+1 GD) y tercero, y por el momento fuera de todo, España (0 GD).

Jim Bett (de amarillo) anotando el 1-0 al minuto 86 en Reykyavik, que salvó de la churreteada a los escoceses. El otro que los mantuvo vivos fue el portero Leighton, que atajó un penal en el primer tiempo.

¿Y cuáles eran los partidos que faltaban? El 10 de septiembre Gales recibiría a Escocia, y el 25 de septiembre, España a Islandia. Sí, España iba a jugar de local, contra la más débil del grupo, sabiendo de antemano el resultado del Gales vs Escocia (!). Cosas que se veían antes…

El panorama antes del partido final para cada equipo del grupo, estaba así:

  • A Escocia le servía el empate para agarrar al menos el cupo al repechaje; si ganaban podían de hecho pasar directo a México salvo aluvión de goles de España frente a Islandia.
  • A Gales NO le servía el empate, tenía que ganar a los escoceses porque la que se daba como lógica era la victoria española ante Islandia, y con ese resultado quedaba debajo en puntos con los españoles y en GD con los escoceses.
  • España tenía que ganar sí o sí a Islandia para seguir vivo. Dependiendo de cuántos goles hiciera y del resultado del partido en Gales, los españoles ganando pasaban o directo o al repechaje. Pero si empataban podían queran fuera de todo si galeses y escoceses igualaban. Igual, como dijimos, los españoles tenían la ventaja de jugar con el resultado de Gales – Escocia conocido 15 días después, y si desaprovechaban ese papayazo merecían no volver a un Mundial en mil años.

El Gales vs Escocia de la última fecha no solamente remitía a un clásico casi tan viejo como los orígenes del fútbol internacional: sino que traía a la memoria rencillas mucho más recientes y que dejaron especial ardor para uno de los dos. Para las Eliminatorias al Mundial de 1978 les tocó a galeses y escoceses compartir grupo con Checoslovaquia – la vigente campeona europea – a pelear por un solo cupo a Argentina. Grupo durísimo, y como se esperaba, cerrado, que vio como en el penúltimo partido de la serie los galeses recibían a escoceses con la posibilidad de igualarlos si les ganaban, y así quedar dependiendo de sí mismos para la última fecha en Praga. El partido no se jugó en suelo galés sino en Liverpool, por decisión de la Federación Galesa dizque para tener mayor recaudación (!!). Más autoboicot que directivo del DIM. «Al entrar a la cancha quedamos impactados al ver tanto azul oscuro por todas partes (…). Sabíamos que habría gran cantidad de escoceses pero esperábamos ver más rojo en el estadio«, declaró años después el arquero galés Dai Davies sobre esa noche.

Resultó que ese 12 de octubre de 1977 los escoceses ganaron 2-0 con polémica tóxica incluída. Los de azul oscuro comenzaron ganando con un penal inventadísimo al minuto 78, cobrado tras una mano de su delantero Joe Jordan en el área galesa – pilla abajo cipote de robo -. Sí, la mano fue del delantero escocés y el árbitro la pitó a favor de ellos… El gol derrumbó a los galeses, y faltando 5 minutos Kenny Dalglish metió el 2-0 final que clasificó a los escoceses sin que importara lo que fuera a pasar en el último partido de los galeses en Praga. Ese penal regalado aún les arde en el alma a los galeses (Joe Jordan, que para colmo sigue afirmando que fue penal legítimo, cuenta que todavía le preguntan por esa jugada cuando pasa por Gales), ahora imagínate cómo estaba el rencor apenas a ocho años del incidente, preciso previo al partido que iba a mandar a uno de ellos a la casa…

Ese era el estado de cosas antes del último partido de cada equipo en el grupo, y como se comprenderá, el tensionómetro marcaba a mil antes de la última fecha. El Gales vs Escocia se convertiría en un partido que diríamos era por matar o morir si no fuera por lo que pasó esa noche, algo que contextualizó totalmente el sentido de urgencia y de vida o muerte que uno suele mencionar en un partido de estos…

(Continuará)

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